Jean Yves Potel Polonia: Las manifestaciones de la tristeza y la cólera

El pasado 7 de mayo Varsovia acogió una de las manifestaciones más impresionantes de los últimos años. Una enorme multitud ocupó las calles para protestar contra la deriva antidemocrática del gobierno. Este artículo sitúa las dificultades políticas y sociales previas y plantea la posibilidad de si la acción del 7 de mayo anuncia un giro en la situación en Polonia. 
En menos de seis meses de gobierno los ministros del partido Derecho y Justicia (PiS) lograron una hazaña: movilizar a una gran parte de la sociedad polaca contra ellos. Los descontentos se acumulan, las protestas callejeras, la indignación han sucedido, como nunca desde 1989, en toda Polonia, para culminar el sábado 7 de mayo en una gran marcha en Varsovia que reunió a cerca de 250.000 personas en defensa de la democracia. Esta vez con la participación de todos los partidos políticos de la oposición.
Los nuevos gobernantes se aíslan cada día más. También a nivel internacional donde despiertan la desconfianza tanto entre sus aliados tradicionales como en las agencias de calificación. En cuestión de meses el zloty ha perdido una quinta parte de su valor frente al euro o el dólar. Los inversores se inquietan.

Sombrías perspectivas

Es dramático -me dicen mis interlocutores con los que hablé a finales de abril- las restricciones de las reglas democráticas, estas leyes votadas precipitadamente, te dejan estupefacto. Polonia, tan orgullosa de sus últimos veinticinco años, se vuelve triste y llora. Muchos polacos están abatidos, con una especie de dolor por tantos esfuerzos dilapidados. Ciertamente, fueron mal los últimos años de la Plataforma Cívica, el partido liberal, que tuvo todo el poder durante ocho años. Los políticos se perdieron en pequeñas combinaciones y privilegios. Fue patético. Muchos votaron por el PiS esperando una mayor equidad social y una buena moralidad pública. Pero esto es demasiado. Todas mis conversaciones, en Varsovia y en otros lugares, comienzan con un suspiro. Esto no funciona. Estoy cansado. Molesto. Esto es insoportable, me repiten. Llueve mucho en abril. Uno me desgrana los nombres de personas que han cambiado de camisa, de incompetentes declarados. Quienes tienen un poco de humor se consuelan con anécdotas, otros hablan de fascismo, de exilio, de desesperación... Pocos son los optimistas.
Irse al menos durante diez años, me dicen constantemente. Lo bloquean todo. Ahora lo pueden todo. Władysław Frasyniuk, uno de los ex dirigentes de Solidarnosc más respetados, héroe de la resistencia de los años ochenta, compara Kaczynski al Jaruzelski de la Ley marcial (1981). Y es verdad que los métodos son similares. También reconozco en estas declaraciones una cierta dramatización tan característica de la política polaca. Posible, pero yo lo siento así, me dice un viejo amigo que ha estado en todos los combates desde la década de 1970. “La sensación es muy negativa"  Hay que decir que, además de las leyes liberticidas y purgas administrativas, están los medios de comunicación. Escuchar cada día, a todas horas, el nuevo discurso patriótico y clerical, las mentiras groseras, los insultos, cruzarse en la calle o en el metro con retratos de Kaczynski (el hermano gemelo del actual presidente) fallecido en Smolensk, o imágenes de héroes del pasado, o ver a neonazis en las puertas de las iglesias, es más que impactante, angustiante. En algunos meses, el ambiente se ha oscurecido.
También me miran con indulgencia cuando intento una evaluación política de las posibilidades de ese poder. Aleksander Hall, un intelectual reconocido, más liberal que conservador, surgido de los mismos medios que Lech Kaczynski en Gdansk, pero de los que se apartó desde principios de 1990, acaba de publicar un breve ensayo sobre el nuevo régimen. Lo ha titulado El mal cambio [1] en contraposición al "buen cambio" anunciado por el PiS. Para él, el proyecto es claro y la perspectiva sombría para Polonia. Nos encontramos en Sopot, en casa de mi amiga Teresa. "Estamos frente a un cambio completo del sistema político, con el cuestionamiento del equilibrio de los tres poderes - ejecutivo, legislativo y judicial. Kaczynski pretende el dominio absoluto del centro político, es decir de su partido cuyo aparato controla. Todo se concentra en eso. Es muy peligroso” El hombre está tranquilo y confiado. Trato de sonsacar algunos destellos de optimismo, le sugiero los límites del proyecto. La represión es aún moderada, la oposición está en la calle... Lo admite, él participa en las manifestaciones. "No te equivoques, las medidas están aún por llegar, Jaroslaw Kaczynski quiere ir rápido. Se limitará el poder de la oposición parlamentaria, la hará impotente. La conservará como fachada útil, una coartada para el exterior. No hay una gran represión, pero llegará, es muy probable”También prevé cambios constitucionales en esa dirección.
Descrito por el presidente Andrzej Duda de "compromiso de una época transitoria", la actual Constitución, aprobada por referéndum en 1997, se revisará. Jaroslaw Kaczynski lo anunció hace unos días en la Dieta [Parlamento]. Un nuevo texto deberá ser adoptado en 2017 por referéndum si es necesario (no dispone de una mayoría constitucional). La oposición se niega a colaborar, no hay discusión ya que "el PiS no respetará la Constitución en vigor."
Vuelvo a Hall y le pregunto cómo analiza las manifestaciones de la Comisión de Defensa de la Democracia (KOD). Son potentes en Gdansk. Lo confirma, él participa. "La sociedad está dividida. Existe la resistencia, de hecho se refuerza. Sin embargo, a juzgar por las encuestas, la base social del PiS se mantiene”. Las historias de la Corte Constitucional siguen sin estar claras para el polaco medio. El pago de 500 zlotys mensuales a las familias por criar un segundo hijo, o el discurso de defensa de la soberanía nacional frente a las injerencias externas, son más eficaces. Refuerzan el núcleo duro del electorado del PiS. "Sabes, una parte de la sociedad polaca quiere un hombre fuerte a la cabeza de la nación, un hombre que la dirija sin vacilación."
La división de la sociedad se agrava. Un estudio realizado en febrero intenta identificar estos dos campos [2]. En primer lugar, descubrimos que una parte de la opinión (12% actualmente) apoya  a la vez a las autoridades y al KOD, que desde hace cinco meses se manifiesta contra las leyes del PiS, mientras que ambos campos tienen parecido apoyo, con una ligera ventaja para el KOD en este momento (34% contra 30%). Este avance ha debido reforzarse posteriormente. Los partidarios de KOD son en su mayoría mujeres, con una media de más edad (aunque el KOD domina entre 25-44 años), viven en la ciudad, principalmente en las ciudades de más de 500.000 habitantes, tienen cierto nivel educativo y por lo general mejores ingresos. En materia religiosa, son menos practicantes, y políticamente se sitúan más a la izquierda que en el centro. Los que apoyan al PiS, sin embargo, son en su mayoría hombres, un poco más jóvenes (minoría entre los jubilados!), residen sobre todo en ciudades medianas y en el campo. Su ingreso medio es más bajo. Son católicos practicantes y votan generalmente a favor de la derecha radical (PiS y extrema derecha).  Así, a lo largo de estos últimos años, los "núcleos duros" de los dos campos se han convertido en estereotipos. Revelan dos Polonias opuestas. Está claro tras los resultados de las elecciones de otoño. [3]
Aumenta la cólera
Sin embargo, desde febrero de esta oposición no cesa de profundizarse. Los dos mundos se alejan, las relaciones se tensan. La ira se eleva. Todos los indicadores de opinión están al rojo vivo. La juventud de menos de 25 años, cuyo voto había hecho bascular la mayoría focalizándose en un rockero demagogo, parece separarse del gobierno (el 78% de los encuestados menores de 25 años tienen a finales de abril una opinión negativa [4]), la audiencia de los medios públicos se derrumba hasta el punto de que el director de TVP (televisión polaca) rechaza los resultados de las encuestas!  Las protestas del KOD en defensa de la Corte Constitucional y de la libertad de los medios de comunicación son regulares y siempre muy numerosas (En Lodz, Gdansk, Poznan, Katowice y Bialystok, la semana pasada), y este fin de semana (el del 7 de mayo) la gran marcha en Varsovia es la primera vez que ha sido co-organizada con los partidos de la oposición.
La cólera crece y se politiza. El KOD que se ha organizado en todo el país multiplica las iniciativas locales: acciones simbólicas, debates y foros, manifestaciones. Tiene un programa elemental, basado en una docena de principios para defender y desarrollar una "sociedad ciudadana". Limita sus objetivos a algunos temas: educación mediante la organización de “universidades móviles" de democracia en los barrios; vigilar las reacciones del poder a las recomendaciones del Consejo de Europa y la Unión Europea; defensa de los perseguidos; participación en el proceso constitucional. También presentó a la Dieta una "propuesta de ley de origen ciudadano" sobre la Corte Constitucional, reuniendo 100.000 firmas.
Pero el KOD no tiene la intención de convertirse en partido o sustituir a la oposición parlamentaria. Llamó a los partidos de la oposición - Plataforma Cívica (PO, liberal), Nowoczesna (liberal), PSL (agrario), el SLD (socialdemócrata), Inicjatywa Polska (Nueva Izquierda), los Verdes y Razem (izquierda radical) a constituir un frente unido para la defensa de los valores europeos y el orden constitucional. PO y Razem no han querido. La iniciativa, denominada "Równość, Wolność, Demokracja"(Igualdad, Libertad, Democracia), está en el origen de la manifestación del 7 de mayo. El éxito de la manifestación, a la que los dos partidos recalcitrantes acabaron por unirse, es muy significativo de esta polarización. Y si el gobierno actúa como si nada hubiera sucedido, no es seguro que pueda mantener esta posición durante mucho tiempo.
Sobre todo porque la protesta ya no se limita a una oposición gobierno/sociedad. Alcanza también a las instituciones públicas, en particular la justicia. El 26 de abril, el Tribunal Supremo reunido en asamblea general llamó al orden al gobierno. Le señaló que cuando la Corte Constitucional emite un veredicto, incluso cuando invalida una decisión del ejecutivo, el veredicto se convierte en ley y sin apelación posible. Al día siguiente, los jueces del Alto Tribunal Administrativo (SAC) adoptaron una resolución similar, afirmando que "de manera general, las sentencias del Tribunal Constitucional son vinculantes para todos y son definitivas". Además, critican las palabras del portavoz del grupo parlamentario del PiS que llamó a la asamblea general de los jueces del Tribunal Supremo de "club de amigos" conchabados para apoyar la dudosa elección del equipo anterior en el poder. Así, los tres principales tribunales, que, por la Constitución, garantizan la independencia del poder judicial y el cumplimiento de las leyes, se han pronunciado en contra de las leyes del PiS. Del mismo modo varios ayuntamientos de las grandes ciudades (Varsovia, Lodz, Poznan) decidieron a mediados de abril aplicar en sus disposiciones legales las decisiones de la Corte Constitucional, incluso si no son publicadas en el Boletín Oficial.
Por lo tanto, esta marcha del 7 de mayo, un éxito indudable, podría ser un paso decisivo. Se nota que, a pesar de las bravatas y la insolencia de sus voceros, que el PiS se debilita por estas rebeliones. Kaczynski está tratando de apagar algunos incendios, como por ejemplo el proyecto, sostenido por la Iglesia, de prohibir completamente el aborto. Intervino personalmente ante el episcopado para moderar su entusiasmo. Hay que decir que no se esperaba esta revuelta de las mujeres contra la prohibición del aborto. Del mismo modo, el grupo parlamentario del PiS ha propuesto recientemente un "compromiso" en el funcionamiento de la Corte Constitucional. Incorpora algunas recomendaciones de la Comisión de Venecia del Consejo de Europa, sin tener que volver a lo esencial de la ley aprobada en enero. Los optimistas argumentan que Kaczynski ha empezado a ceder. Lo más probable es que se trate de una maniobra. Conociendo la respuesta, esta propuesta tendría como objetivo estigmatizar a la Corte como responsable del bloqueo y de desacreditar a Polonia. En una carta privada al profesor Andrzej Rzeplinski, Presidente de la Corte, que ha publicado la prensa, el Ministro de Hacienda, le pide que no hable en público hasta el 13 de mayo, cuando se tiene que conocer la valoración que la agencia de calificación Moody’s dará a Polonia. El Ministro explica que desea evitar que se agrave el coste de la deuda pública debido a una nueva rebaja en la calificación! El propio Kaczynski habría tratado de quebrar la inflexibilidad del Presidente de la Corte. En vano. Peor aún, el presidente Rzeplinski confirma que el nuevo proyecto de ley del PiS tampoco es conforme a la Constitución.
Más sensible de lo que parece a las reacciones extranjeras Jaroslaw Kaczynski espera mucho de la cumbre de la OTAN prevista en Varsovia en junio, acompañada por ejercicios militares en Polonia. 31.000 soldados de 23 países (incluidos 14.000 de Estados Unidos) se entrenarán para responder a una agresión militar similar a la que libraron los rusos contra Ucrania en el 2014. Esto debería confirmar a Polonia en su posición estratégica, tranquilizar a los polacos frente a la amenaza rusa, pero no es evidente que sus aliados estén encantados de saber que la constitución de este país no es respetada por el gobierno.
Hay esfuerzos para mantener la presión, sin caer en la autosatisfacción del éxito de las manifestaciones. Como lo señala un periodista el 8 de mayo "emborracharse de este éxito sería la mejor manera de desperdiciar nuestra gran fuerza". [5] La solución tardará en llegar, probablemente pasará por enfrentamientos menos pacíficos, pero no parece posible que el PiS logre dominar a esta sociedad. Es concebible, por supuesto, que el proyecto de Jaroslaw Kaczynski acabe un día, pero en el estado actual de relación de fuerzas aún es incierto.
Notas:

[1] Zla Zmiana, Wydawnictwo Arca, Sopot 2016
[3] Véase Jean-Yves Potel "Polonia cambia de vía? "Páginas de Europa, 02/10/2016, Documentación francesa,http://www.ladocumentationfrancaise.fr/pages-europe/pe000010-la-pologne-... y artículos anteriores en este blog "Polonia bajo Kaczynski".
[4] De acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por el Instituto Ibris a petición del Rzeczpospolita (26 de abril de 2016), el 58% de los polacos no están satisfechos con la acción de la primera ministra, la señora Beata Szydło. Resulta que los más decepcionado son los polacos menores de 24 años (el 78% de ellos tienen opiniones negativas).
[5] www.newsweek.pl Renata Kim
Profesor de historia contemporanea de la Universidad Paris 8. Es autor de numerosos libros sobre Polonia desde 1981.

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