¿Cuáles son los desafíos y oportunidades para los sindicatos en 2016?


El movimiento sindical enfrenta desafíos significativos en 2016, en particular con relación a los derechos de los y las trabajadoras en muchos países. Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional, habla sobre los desafíos y oportunidades para el sindicalismo en 2016.

Noticia | 27 de enero de 2016Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional(CSU) ACTRAV INFO: ¿Cuáles fueron los principales logros del movimiento sindical internacional en 2015 y cuáles áreas necesitan mejorar?

Sharan Burrow: El movimiento sindical internacional realizó progresos globales en varios frentes durante 2015. La esclavitud moderna es ahora un tema principal de preocupación gracias al trabajo de los sindicatos sobre trabajo forzado e inmigración en particular, debido al enorme incremento de la preocupación sobre el tema, resultando en presión real sobre gobiernos y empresas para terminar con la aceptación y explotación de trabajo forzado. El vínculo entre explotación de trabajadores y trabajadoras y la corrupción fue puesto en el centro de la escena con los escándalos implicando a varias federaciones deportivas internacionales y el no respeto al estado de derecho que han mostrado por tantos años. 

En varios países se registró un incremento notable de la afiliación a los sindicatos; el movimiento respondió al llamado que el Congreso de la CSI en Berlín realizó para que la dignidad y los beneficios del sindicato sean expandidos a 20 millones más de trabajadores antes de 2018. La organización de los y las trabajadoras es, y siempre será, el centro del trabajo sindical, pero la necesidad de poder sindical a través del crecimiento de las organizaciones nunca ha sido más evidente, ni más central. Al mismo tiempo, ataques a derechos fundamentales por parte de algunos gobiernos, y la hostilización al sindicalismo que se organiza por empresas requiere constante vigilancia y acciones de solidaridad global por parte de los sindicatos en todo el mundo para apoyar a los y las compañeras que enfrentan estos ataques, incluyendo arrestos, detenciones y, de forma más trágica, el asesinato de sindicalistas.

Hemos empezado a ver un tardío cambio en la actitud de los gobiernos con relación al comportamiento de las compañías multinacionales, que resulta de la acción de los sindicatos para detener el escándalo de la evasión impositiva de las empresas y el fracaso para regular el comportamiento de las empresas multinacionales (EMNs) en tanto ellas buscan lucros a través del empobrecimiento de la población trabajadora. Las Confederaciones Sindicales Globales han conseguido sentar a más compañías, inclusive muchas dueñas de marcas muy conocidas a nivel mundial, para negociar acuerdos globales. Los sindicatos estuvieron en la línea de frente para responder a la crisis de los refugiados, en particular en Europa, dándoles la bienvenida y ayudando a garantizar su seguridad e inclusión en la nueva vida social y económica. Se han mantenido firmes también en el enfrentamiento de las reacciones xenofóbicas y de políticos populistas que alimentan el miedo y el resentimiento.

Llevamos adelante la lucha para alcanzar objetivos ambiciosos y vinculantes para que el mundo entre en una trayectoria de bajo carbono y garantizar la transición justa de la industria. La Cumbre de París fue un hito y nos dio fundamentos sólidos para avanzar con este trabajo urgente y de crítica importancia. Y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU incluyen ahora al trabajo decente y la protección social gracias al duro trabajo de muchos sindicalistas y aliados en los gobiernos.

La CSI, activa de forma transversal en estos y otros temas internacionales de preocupación de los y las trabajadoras, aumentó su trabajo integrado y objetivo de campaña, con resultados significativos en particular aumentando la atención alrededor de la lucha contra la esclavitud, acciones nacionales sobre salario mínimo y los derechos de las mujeres trabajadoras y otros tipos de discriminación.
Fuimos capaces de terminar con el bloqueo al Sistema de supervisión en la OIT, y contamos para ello con gobiernos que defendieron el Sistema y, en particular, el derecho de huelga.

ACTRAV INFO: Un tema de la agenda de la 105º Conferencia Internacional del Trabajo es el trabajo decente en las Cadenas Globales de Suministro. ¿Cuáles son sus expectativas con relación a esta discusión en junio de 2016?

El modelo de cadena de suministro, que corresponde a alrededor del 60% de la producción global, está acabando con los trabajadores. Trae pobreza e inequidad creciente, dejando a las familias de los y las trabajadoras sin lo suficiente para vivir una vida decente y amenazando la sostenibilidad. Nuestro reciente informe sobre el escándalo de la explotación en las cadenas globales de suministro reveló que sólo el 6% de la fuerza de trabajo de 50 de las mayores corporaciones del mundo es empleada de forma directa. Estamos haciendo campaña para que las compañías se hagan responsables por su cadena de suministro y garanticen los derechos del 94% de su fuerza de trabajo oculta. Algunas compañías finalmente están reconociendo que este modelo no sólo es corrupto y explotador, sino que amenaza de hecho a su propio negocio, pues su reputación es atacada y el poder de compra de la población continúa cayendo. Sin embargo, muchos están contentos con el sistema actual y las oportunidades que les da de obtener ganancias a partir de la degradación de los derechos laborales y de la salud y seguridad de los trabajadores y trabajadoras, en una competencia por peores condiciones, derechos y salarios.

Tenemos altísimas expectativas con relación a la discusión de junio de 2016. Se requiere de nuevos y fuertes estándares de la OIT, que transformen la producción y garanticen el respeto a los derechos fundamentales más allá de las fronteras nacionales. 

ACTRAV INFO: ¿Cuáles son, según su opinión, los principales desafíos y oportunidades para los sindicatos en 2016?

Estamos profundamente preocupados por los ataques de gobiernos de todas las regiones a los derechos, y de forma más amplia, con el estrechamiento del espacio democrático. Esta tendencia requiere de una respuesta robusta – a nivel nacional, regional e internacional. Los gobiernos deben respetar a las y los trabajadores, y no rendirse más ante las demandas incesantes para debilitar derechos de parte de algunas de las corporaciones más poderosas del mundo. 

Los conflictos armados están llevando al mayor movimiento de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, y la amenaza de terrorismo es evidente en más países que nunca. Fortalecer la democracia y brindar oportunidades económicas son temas de importancia crítica para superar esos desafíos, y el mecanismo del diálogo social – ya testeado y aprobado – debe estar en el centro de la respuesta internacional. 

La crisis económica global no ha sido superada, y los impactos de las políticas de austeridad fracasadas alimentan aún al sistema internacional, con cientos de millones de trabajadores sin el poder adquisitivo desesperadamente necesario para volver a crecer y las tragedias del desempleo y la economía informal es todavía la realidad de casi la mitad de la población mundial. Existe el riesgo de una crisis más profunda aún, riesgo que tiende a crecer a no ser que los gobiernos asuman la responsabilidad de regular al sector financiero y que actúen con vigor contra la corrupción de la evasión global de impuestos, y creen la base para un crecimiento real y una distribución justa de la riqueza. Enfrentamos también el desafío de las compañías, nuevas y viejas, que buscan que la nueva ola tecnológica debilite o destruya la relación de empleo. Queremos involucrarnos en el proceso “El Futuro del Trabajo” de la OIT, que debe estar basado en el respeto a los derechos laborales y en el diálogo social para dimensionar la evolución futura del trabajo.

La Cumbre Climática de París y la de los ODS de la ONU han brindado fundamentos sólidos para la acción sindical en favor de una transición justa hacia la economía de bajo carbono, y una nueva era de desarrollo. Estas oportunidades serán centrales para nuestro trabajo en 2016 y más allá. El momento actual que atraviesan las entidades deportivas globales ofrece también la oportunidad de terminar, de una vez por todas, con la marca de violaciones de derechos laborales y corrupción que ha sido sinónimo de los grandes eventos deportivos. 

Las líneas de acción y prioridades establecidas por nuestro Congreso de Berlín continuarán brindando el marco para la acción de la CSI, trabajando con nuestras organizaciones regionales, las confederaciones globales, el Comité Sindical de Asesoramiento (TUAC) y, claro, la Oficina para Actividades de los Trabajadores (ACTRAV) y, en general, la OIT.

La solidaridad y humanidad demostrada por los sindicatos con relación a los refugiados, y otras acciones sindicales, en general junto a los trabajadores migrantes, serán necesarias este año tanto como lo han sido en otros momentos de la historia.

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