Cuba Fernando Martínez Heredia entrevistado por Eric Toussaint Cuba de 1959 a 1999 desde una perspectiva historica




Eric Toussaint ¿Cuáles son las grandes etapas que atravesó la revolución cubana en esos últimos cuarenta años?

Fernando Martínez— Es una pregunta que en los programas de televisión me imagino que tendría el premio mayor: sintetizar el acontecimiento más trascendente de la segunda mitad del siglo en América.
De todas maneras yo creo que se puede atacar diciendo cual es mi visión subjetiva de esos cuarenta años, no sólo porque lo que da toda persona es su visión subjetiva, sino porque en Cuba, su revolución han estado necesitados de buenos análisis del proceso contemporáneo. Para ser sincero: faltan buenos análisis cubanos totalizadores del proceso. Esto no quiera decir que no hay maravillosas o buenas monografías de cuestiones parciales, de cuestiones puntuales, de temas específicos. Hay cada vez más en los últimos años un rescate testimonial —siempre hubo pero era pequeño—. Pero lo que sería las obras de síntesis todavía no están. Desde el ángulo de la producción internacional la bibliografía sobre Cuba contemporánea es inmensa. Ya a fines de los sesenta eran varios centenares de libros. Sin embargo, tampoco puede decirse que se ha producido la síntesis de fuente extranjera sobre el periodo. Quizá, esto tenga que ver con el hecho de que el ciclo ha sido largo y está todavía el régimen que resultó de la revolución actuante, que el líder que comenzó la revolución sigue siendo un líder de alcance mundial, su presencia es registrada en todas partes de este mundo, y que sigue siendo además el líder, el personaje más importante de la política cubana, entonces, no cabe duda que los ciclos históricos cerrados son los que invitan mejor a la síntesis y aún muchos de ellos deben ser revisados periódicamente.

Yo he visto cambiar el mundo dos veces, la primera vez gira alrededor de aquel año 59 y de los años 60, la segunda vez son los años 90; en la primera vez la revolución cubana fue la protagonista, la segunda vez es un lugar de resistencia, son dos situaciones muy diferentes y el contenido de los cambios es muy diferente.

Del siglo XIX al triunfo de 1959
El contenido del primer cambio es como mucho para los cubanos el momento decisivo de la historia nacional, o sea nosotros vivimos una república de tipo burguesa neocolonial como resultado de una historia de acumulación paulatina de rasgos culturales que van desde la dinámica económica que hizo de Cuba la colonia más rica del mundo a inicios del siglo pasado a través de un millón de esclavos o sea, un millón de esclavos para la modernidad, que le dio ferrocarril antes que a Italia y a España y le dio el primer cable submarino, el primer teléfono y el primer telégrafo de la América Latina. O sea, la modernidad de Cuba basada en la explotación más salvaje de la mayoría de las personas por parte de una clase burguesa propietaria de esclavos, que ligó a Cuba al mercado mundial capitalista, a los adelantos y las ideas del capitalismo mundial y también terminó por ligar a la gran producción de alimentos para la corriente inmigratoria y la población creciente de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo pasado. Una aventura que terminó por hacer de Cuba lo que a mediados del siglo veinte llamarían un país subdesarrollado, que la puso en la carrera de la expansión del capitalismo mundial que ahora un poco impropiamente llaman globalización. Puso a Cuba en la posición subordinada que ocupó de entonces en adelante, una gran exportadora de azúcar crudo, una gran exportadora de alimento para un centro que la fue dominando, no sólo como receptor de un producto, sino, también, en un sentido más total a partir del año 1898.

Hace un siglo, los Estados Unidos invadieron a Cuba, y entonces esto hace que la historia de la nación cubana conjuga en una sola fecha el fin de treinta años de esfuerzos por liberar al país, o sea lograr la independencia nacional (algo que en el primer mundo se relaciona con la descolonización). En Cuba, la revolución por la independencia nacional tuvo que ser muy moderna porque el país había sido modernizado bárbaramente por el capitalismo antes, tuvo que ser muy moderna porque la masa de los trabajadores tenían cierta conciencia de luchar por la justicia social, porque la oposición entre pobres y ricos era no sólo palpable sino que podía ser argumentable, esto es, cuando José Martí ( no es por gusto, no es una manía cubana hablar de José Martí, que se habla de él para hablar de la historia contemporánea de Cuba, e incluso del futuro de Cuba en la actualidad) pudo elaborar un conjunto de pensamientos pero también un programa, pudo hacer una organización que si no fuera un neologismo se hubiera podido llamar bolchevique en 1892, 93, 94, pudo plantearse que la independencia de Cuba sería el inicio de la segunda independencia de América, y pudo decir que él iniciaba una actividad contra el imperialismo norteamericano, como escribió en 1895. No se trata de un problema de adivinación, se trata de un problema explicable en las condiciones del desarrollo social que devino político de Cuba. En esa guerra que terminó hace un siglo, murió el 22% de la población cubana, es “la guerra de Vietnam del siglo pasado” y en ella, incluso se inventaron los campos de concentración, entonces, a partir de ahí nació una república pos revolucionaria, la república cubana que duró 60 años, que terminó en enero de 1959.
Esa república tuvo que consumar una parte de los ideales de las revoluciones de independencia, tuvo que gobernar de manera vergonzante primero en nombre de aquella revolución, pero a la vez plantearse un proceso civilizatorio entre comillas, progreso entre comillas, un proceso que forzosamente tenía que ser imitativo de los grandes poderes del capitalismo mundial pero, con un fuerte contenido nacional que exigía la historia reciente y las circunstancias. Esa república neocolonial fue como huida por la revolución que en Cuba llamamos del treinta (es decir de la decada de 1930-39 en la cual se desarrollo un proceso revolucionario en 1933-34, NDLR), en donde las ideas de justicia social se volvieron ideas comunistas, ideas socialistas, ideas de un radicalismo de oposición ya no sólo de los pobres a los ricos, sino, del proletariado a los burgueses, e incluso la idea de alianzas de clase, la idea de que era necesario comprender en qué consiste el pueblo y el antipueblo. En los años treinta se planteo en que consistía la estrategia para producir una revolución en una palabra anticapitalista, y esta como la única forma de hacer que la independencia nacional de Cuba fuera completa, ese crecimiento de la cultura política nacional, motivó, por un lado, que la segunda república burguesa neocolonial, la que sigue después de 1935 hasta 1959, fuera también una república muchísimo más nacional, con visos nacionalistas en algunos sentidos, con una política de un Estado interventor en la economía, con una política de un Estado mediador entre burgueses y obreros, y en general, de un Estado mediador entre las clases, como una política por lo demás simpática en aquellos tiempos, por Keynes y por Roosevelt etc., de que podía planificarse en lo que para un país como Cuba tendría que llegar a ser el desarrollo nacional. Esa república a la vez produjo entonces un consenso de masas articulado a partir de grandes partidos pluriclasistas, el Partido Revolucionario Cubano Auténtico y su gran líder Grau San Martín, el Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo y su gran líder Eduardo Chiva, el hombre más popular de su momento, con una ejecutoria muy limpia como revolucionario del treinta y un lema muy preciso “Vergüenza contra dinero”. La política de Chivas movió masas de tal modo que muchas personas se aterraron de que el partido triunfara en 1952 y pudieron ver con buenos ojos, y por último aprobar, el que un grupo de aventureros diera el golpe militar del 10 de marzo de 1952 rompiendo la institucionalidad de un país en el cual la institucionalidad era sumamente importante. Muchas superficialidades sobre Cuba incluyen la de decir que Cuba era un país que estaba sometido a dictaduras una y otra vez. Es falso: no había, en el momento en que sucedió el hecho, en ningún otro país de la Cuenca del Caribe, en los países de América Central o en la costa caribeña de América del Sur (Venezuela, Colombia) que tuviera una institucionalidad tan firmemente establecida como Cuba. La revolución nació entonces en Cuba de sus circunstancias, de su coyuntura y también de la acumulación cultural previa a la que yo me he referido de la manera más sintética.

E. T.— ¿ Cuáles son las características fundamentales de la lucha que desemboco en el triunfo del 1959 ?

F. M.—Si. La condensación política de la situación devino una crisis y por eso me parece tan importante la pregunta tuya. La política produjo la guerra revolucionaria, la política de un país que quiso que la institucionalidad volviera. Fíjate cómo uno cuando rastrea revoluciones encuentra siempre, sobre todo al principio, es muchas ansias de que algo retorne, vuelva, en este caso era la Constitución de 1940, avanzadísima. Constitución de la República, que era en gran parte una promesa más que un cumplimiento su contenido, pero, la realidad del movimiento revolucionario fue en su forma organizada el Movimiento 26 de julio, fue la más importante. El Directorio Revolucionario de origen estudiantil fue una organización mucho más pequeña y que practicó una táctica también acertada de lucha armada buscando masas, pero, es el Movimiento 26 de julio, dirigido por Fidel Castro, el que encontró las formas organizativas y expresó los deseos, las necesidades, las urgencias y también, yo te diría, lo más profundo del alma de rebeldía. Yo pienso que la racionalidad y el espíritu de rebeldía son los dos componentes de los hechos fundamentales en las revoluciones modernas que llaman, a mi no me gusta la palabra modernas mucho, sobre todo anticapitalistas, si confluyen bien los dos, pueden salir bien las cosas.
En este sentido, la simpatía del pueblo por los asaltantes del Moncada (el cuartel principal de la ciudad de Santiago de Cuba) y por su dirigente máximo Fidel Castro, —el asalto fue el 26 de julio del 53— fue poco efectiva. El gobierno de Batista consiguió hacer un remedo electoral para tratar de legitimar su situación. Pero durante el año 55 empezó a crecer el movimiento de protesta organizado con el surgimiento del Movimiento 26 de julio y también con huelgas, algunas de ellas eran importantes y una de ellas inmensa a fines del año. La huelga azucarera, que expresaron por el movimiento ilegal de masas la voluntad de una parte del país en que se produjera un cambio social y no sólo político, en que se produjera un cambio político más fuerte, más grande que el fin de la dictadura de Batista. Esta es la base principal, creo, que puede explicar el problema de los cuales lo de lo urbano y lo rural resulta secundario, el movimiento del 26 de julio y su líder máximo, Fidel Castro, supieron canalizar esto en formas diversas y llegar a un grado de organización notable cuando comenzaba la guerra a fines de 1956, cosa que se dice muy poco, pero no se trata meramente de una astucia de un grupo, se trata de que fueron a la vez la expresión de una voluntad con deseo y capacidades previas de organizarse. Existía en Cuba un enorme movimiento sindical reformista, éste no pudo realizar una tarea de primer orden en el curso de la insurrección, sería demasiado largo para la entrevista pero no fue, no pudo ser. Sin embargo había una cultura de organización obrera y de trabajadores en general, urbana sobre todo, no rural Aunque ya había un intento, en algunos casos muy serio, de organización campesina. Había una cultura de la sociedad civil, centenares y centenares de organizaciones de la sociedad civil se expresaban por sus problemas específicos puntuales, por sus conquistas, por la defensa de ellas. También supieron expresarse de manera muchas veces coordinada políticamente frente a los desmanes de la represión, políticamente incluso de un modo más general, frente a la existencia de la dictadura. Otra forma de la lucha política en ese momento en Cuba es cómo sectores importantes de la clase dominante cubana trataron de organizar a la sociedad civil como una intermediación entre el gobierno y la oposición general. Primero, el diálogo cívico de 1955-56 y la oposición insurreccional para lograr, por un lado, que terminara la dictadura, y por otro lado, que no hubiera una revolución, sino que fuera un paso a una democracia de gobierno civil. Entonces, en medio de esa complejidad política, se produjo el triunfo de la Vertiente Insurreccional como se llamaba entonces pero que después la gente llamó El 26.
E. T.— Puede sorprender los lectores de verte usar ya la palabra “líder máximo”, ya antes del triunfo.
F. M.— La lucha frente a Batista era también una lucha de democracia contra dictadura, en nombre de la democracia se invocaba a la rebelión, entonces, Fidel Castro era el Doctor Fidel Castro, para todos, el Doctor Fidel Castro... Fidel empieza a ser un líder insurreccional muy creíble en el 55, la Asamblea ortodoxa en agosto del 55, del Partido Ortodoxo, resulta conmovida por el mensaje de Fidel Castro que está en el exilio. En realidad de las filas de la juventud ortodoxa, —que estaba organizada como los grandes partidos, y hasta los pequeños, existían organizados en todos los municipios de Cuba—, salió, en buena medida la gente para crear la estructura municipal y hasta provincial del “26 de julio” en todas partes en el 55-56. Entonces, en ese marco el joven Fidel Castro, antiguo líder ortodoxo, antiguo líder estudiantil, no de primera fila, fue candidato a representante a la Cámara para las elecciones que no se dieron. En realidad pudo haber sido un perfecto desconocido si no hubiera sido por el Moncada, pero, cuando él lanza su campaña desde México de que “Vamos a ser libres o ser mártires” en el 56 parece para muchos un loco. Fidel es liberado en Mayo del 55 y se sale para México. Pero también se pensaba que los jóvenes que cantaban o gritaban en los actos públicos o en los cines, interrumpiendo las funciones de varios tipos, con las expresiones sencillas como: “¡Revolución, revolución, Fidel Castro, Fidel Castro!”, eran locos. La policía se encargaba de tratar de evitar, con sus tradicionales abusos, que actuaran y esto los hacía todavía más simpáticos a la población. Pero Fidel Castro, a través del Manifiesto número uno y número dos del 26 de julio, expresa a la población políticamente activa del país y a simpatizantes, qué es lo que pretende su movimiento.

E. T.— El Manifiesto número uno es del 56?

F. M.—Marzo del 56. Lo conoce el pueblo entero a partir de la revista Bohemia. El Manifiesto dice: “Esta es la revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes”. Tres preposiciones: “de, por y para”.

En el año 56 el Doctor Fidel Castro es el organizador de la expedición que vendrá, y el gobierno incluso en noviembre del 56 se da el lujo de burlarse de ella. En Noviembre del 56, el jefe de las fuerzas armadas dice “guerra avisada no mata soldado” burlándose de esa consigna.
Pero por el camino se ha ido caldeando la situación nacional. Se suceden las huelgas de masas. Se desarrolla la actividad ilegal de la gente desocupada y va junto con los trabajadores a la protesta urbana.
Se declaran ciudades muertas. La organización clandestina va siendo un aspecto importantísimo que llegará a ser básico, pero la forma de protesta es muy variada, y yo insisto —porque esto no se dice mucho— este es el ambiente que crea la posibilidad de la insurrección. En muchos países, grupos de personas heroicas e iluminadas han intentado lo mismo y han fracasado.
Fidel Castro es el líder del Granma (el barco), y no sólo del Moncada. Este segundo paso es traer al país la guerra de liberación y la gente lo tiene a él como su principal protagonista, pero mira un segundo fracaso (el desembarco del Granma fue casi un desastre).
Nota de la R: Navegando desde México con el barco Granma, desembarcaron 82 guerrilleros bajo la conducta de Fidel Castro. No alcanzaron el lugar previsto (donde les esperaban grupos armados del 26 de Julio) y desembarcaron en una playa desconocida de ellos bajo el fuego del enemigo. Después de unos días lograron a reagruparse una docena de guerrilleros del Granma (de los cuales Fidel y su hermano Raúl, Ernesto Guevara).
No logran ver estos compañeros que sí se está efectuando un proceso en donde las luchas de masas y luchas armadas de grupos se combinan
El Partido Socialista Popular (el partido comunista pro-Moscú, NDLR), que tiene la mentalidad organizada de un modo para entender los procesos sociales según piensan, consideraron que el desembarco del Granma era un fracaso porque la idea era mala: los actores son heroicos, limpios, bien intencionados, pero la idea es absolutamente equivocada y el fracaso consecuente con la práctica equivocada. Pero en realidad se trata de una lucha de masas a pesar de lo que piensa el PSP. No logran ver estos compañeros del PSP que sí se está efectuando un proceso en donde las luchas de masas y luchas armadas de grupos se combinan.
Fidel Castro resulta el líder de esto, no es el líder máximo todavía, ni siquiera para los pensantes del campo insurreccional que le siguen llamando el Doctor Fidel Castro cuando él está en la Sierra Maestra y no el comandante Fidel Castro; en esto hay sin duda la tradición cubana de los doctores que son líderes democráticos, el Doctor Eduardo Chivas, el Doctor Grau San Martín. Pero también hay la prevención sanitaria: “estamos organizando un movimiento revolucionario no para que haya futuros dictadores sino para que no haya nunca más dictaduras”. Algo democrático.
En las revoluciones, como en todo, hay pasos, la lucha de protesta ilegal de masas empieza a ser imposible a causa de la represión de masas de la dictadura. Avanza el 1957 y sin embargo, se puede encontrar en Santiago de Cuba con la muerte de Franck País un entierro de masas y una huelga general forzada por las masas. Hubo también la insurrección de Cienfuegos del 5 de agosto del 57. A partir de la conspiración del Movimiento 26 de julio en Marinos, se produce una insurrección a la que se incorporan las masas y resisten victoriosamente la entrada de las tropas de Santa Clara y sólo la aviación y las tropas de La Habana les reducen a la ciudad. Pero ya no va a haber más espacio para las formas previas de esas luchas de masas sino para nuevas formas de luchas de masas organizadas clandestinamente. El “26 de julio” va a ser el líder de todas ellas. Estoy hablando de la rama esencial del movimiento, y sigo sin desconocer la presencia activa y muchas veces heroica del Directorio Revolucionario que ha producido una acción además que lo hará famoso, el azar al palacio presidencial el 13 de marzo del 57, aunque sea un fracaso también, fue una convulsión en la capital del país, fue un acto que llevó a muchos a decir es posible acabar con la tiranía también.

E. T.—Y hay que recordar para el lector que en esta acción heroica murieron como 35 saltantes, tratando de tomarse el palacio.

F. M.—Fue un asalto comando pocas veces visto porque la defensa era rarísima, quiero decir, era una defensa fortísima. Sin embargo, llegaron al tercer piso del palacio.
La importancia del Movimiento del 26 de Julio
F.M.- Las simpatías organizadas y las simpatías sin organización encuentran su simbolismo principal en la existencia y sobrevivencia de la guerrilla de la Sierra Maestra, el verde olivo como color de la insurrección, el brazalete del 26 de julio se expresa sobre todo en que existen el Ejército Revolucionario del 26 de julio. Después le llamaremos más sintéticamente el Ejército Rebelde. Entonces esa lucha para la gente del país va a ser su esperanza mayor cada vez más porque la represión va acallando con la muerte, con la detención, con la tortura, con su sistema a las formas masivas de protesta, va dejando el espacio solamente a la clandestinidad y a formas de apoyo clandestino como es la recogida de dinero que es sistemática, la propaganda, que es sistemática en todo el país y formas no suficientemente grandes pero interesantes de organización obrera y después en zonas rurales, bajo control o disputas rebeldes, la organización campesina. Entonces, en toda esta historia, la organización clandestina del 26 de julio resulta tremendamente importante y, hay un líder de procedencia santiaguera, Franck País, que resulta una de las personalidades más descollantes de la historia contemporánea de Cuba, este líder está absolutamente ligado a los rebeldes de la Sierra Maestra, y entre sus esfuerzos superiores está la insurrección del 30 de noviembre del 56 en Santiago, para distraer y ayudar a la llegada del barco Granma proviniendo de México y, la formación de una columna de apoyo con las armas varias que logran recoger en el país y con personas probadas, o por lo menos desde los jóvenes de la organización por calidad, que es enviada a la Sierra Maestra como un refuerzo para la pequeña y joven guerrilla que les permite a estas acceder a una capacidad de fuego suficiente para atacar un cuartel de la zona, el Uvero, el 28 de mayo del 57, incluso tomarlo, destruirlo y lograr que en el terreno militar el gobierno tenga que comprender que los pequeños cuarteles en las zonas de operaciones no se pueden sostener, lo cual es un paso de avance para la guerra rural. Franck País muere, desgraciadamente de modo temprano, el 30 de julio de 1957, su grandeza es advertida por el propio Fidel Castro que le lanza una proclama desde la Sierra Maestra diciendo “no saben a quién han matado, han matado al mejor joven de nuestra generación”.
En esta huelga se pretende vivir por última vez, la tradición revolucionaria del siglo veinte cubano, llevar a cabo sus creencias, o sea la creencia radical de la revolución del 30
En realidad, es la huelga de abril de 1958 la que le da un vuelco a la situación. En esta huelga se pretende vivir por última vez, la tradición revolucionaria del siglo veinte cubano, llevar a cabo sus creencias, o sea la creencia radical de la revolución del 30, que arrastra a los jóvenes revolucionarios de los 50, es una buena revolución, que no es meramente derribar al gobierno sino hacer un cambio social, nace, en su victoria, de una gran huelga general que se convierte en insurrección. Son ideas que vienen por parte de Europa pero vienen sobre todo de la realidad cubana de la revolución del 30. Lo qué pasa es que ninguna revolución ha triunfado imitando a la anterior. Nunca, en ninguna parte. Entonces lo que con la muerte de Franck País fue una explosión, aquí es una elaboración, el movimiento clandestino juega a producir la huelga general que devendrá en insurrección, como ya la insurrección resulta importante, aunque no suficientemente fuerte, a los 15 meses de comenzada la guerra, esta preparación a través de un frente obrero nacional, que no cuaja como tal, sin embargo, él también se fía demasiado a que será la insurrección la que provoque el triunfo de la huelga misma, y no la huelga misma la que provoque el triunfo de la insurrección. Va a ser un trágico error, pero va a ser también una nueva acumulación de heroísmos de la población combatiente de las ciudades y de los pueblos de Cuba, en muchos lugares llegó a extremos muy superiores a sus posibilidades y dejó también una huella en ese sentido muy fuerte, pero fue el momento peor para, incluso la moral dentro del campo de los oponentes directos a Batista, se registraron deserciones. Se registró desánimo después del 9 de abril 1958. Entonces las estructuras urbanas, no sólo sufrieron mucho materialmente sino también moralmente, entonces el liderazgo de la Sierra Maestra resultó el único Frente.

“Vamos a tratar de dar un golpe final aprovechando la situación favorable”

Una reunión que el Che Guevara llama en su Pasaje de la guerra revolucionaria una reunión decisiva, consumó un cambio estructural, el Doctor Fidel Castro, en esa reunión de la Dirección Nacional del 26 de Julio en la Sierra Maestra fue acordado que reuniera en sí mismo, los tres cargos, jefe del Ejército Revolucionario del 26 de Julio, jefe del Movimiento 26 de Julio y jefe de las Milicias Armadas del 26 de Julio en las ciudades, pueblos y zonas suburbanas. Entonces pasa a ser en la práctica el comandante Fidel Castro. Aunque se le llama por muchos todavía el Doctor, ahora es el jefe único, ahora es el líder máximo de la organización.

Esto está ligado a la necesidad de resistir la embestida del gobierno, que lógicamente dice: “Vamos a tratar de dar un golpe final aprovechando la situación favorable”. Esto es lo que en términos guerreros —que para nosotros basta—, no nos interesa mucho, configura la gran ofensiva militar del verano que comienza el 25 de mayo 1958 contra la Sierra Maestra. Pero, ya se ha producido una ampliación de la guerra en Oriente, que ha llevado al joven comandante Raúl Castro a formar un nuevo frente oriental al Este de la provincia, que llegó a tener una importancia inmensa y un dominio sobre un área geográfica de la población civil incomparablemente más numerosa que la de la Sierra Maestra. También va a venir después, al final del verano la invasión guerrillera hacia el centro del país. Pero lo esencial, es que durante el verano se produce la quiebra militar de las tropas de operaciones del ejército en los combates en la Sierra Maestra. Eso consumó, a la larga o a la corta, la incapacidad del gobierno para decidir a su favor la guerra.
En el terreno que me has preguntado, consumó también el liderazgo máximo de Fidel Castro dentro de la Organización 26 de Julio.
No estoy hablando del Directorio, ni de otras organizaciones, pero también, y esto es quizá y va a ser después lo más importante, el liderazgo máximo a los ojos de la población, ya mayoritariamente simpatizante de la revolución y en una buena medida involucrada en formas como dar dinero, como por ejemplo leer y repartir la propaganda y en buena medida también participante directa de la revolución. De tal manera que, lo que al principio aparecía ya en la propaganda del gobierno, también era usual en el lenguaje de los jóvenes militantes que era llamarse a sí mismo o ser llamado fidelista, se convierte en algo general. El año 58, a todo el que está involucrado en esta guerra, que no sea del Directorio Revolucionario, se le llama fidelista. Es la forma de llamar, el lenguaje ahí está expresando un primer peldaño por el que va a ser importantísimo de este liderazgo máximo que institucionalmente está expresado por los otros que te expliqué.
Al triunfar la revolución en enero del 59 se produce entonces aquello que soñaron los que soñaban con la revolución del 30, una huelga general, pero al revés.

E. T.—Como se concibe la naturaleza de esta revolución triunfante?

F. M.—Debe ser una revolución de los humildes, por los humildes, para los humildes. Una revolución que haga la reforma agraria radical y profunda. En el decreto de la orden militar de agosto del 58, donde Fidel nombra al Che Guevara y a Camilo Cienfuegos jefes de las columnas invasoras del centro del país, incluye —no es textual quizá pero dice esto— dice: “Es que están facultados para aplicar las leyes y reglamentos en materia agraria del Ejército Rebelde”. Y todavía no se ha producido ninguna ley. Simplemente el Che Guevara lo ha dicho con una frase feliz: “La reforma agraria era la punta de lanza del Ejército Rebelde”, o sea, se refiere a que hay una política social por realizarse y unas ideas sociales que la sustentan, para incluso, una parte de los líderes, esto se llama socialismo.
Lo que pasa es que no es el socialismo del que hablan los compañeros del Partido Socialista Popular, la tradición social es muy amplia.

E. T.—Hay que precisar para los lectores que una reforma agraria en Cuba es dentro de un contexto de relación productiva capitalista, respecto a la mayoría del campesinado. El feudalismo nunca existió en la Isla. Ya explicaste la relación ya que había entre el proletariado y burguesía, incluso entonces el proletariado campesino —porque era una gran parte del campesinado— era un proletariado viviendo de un salario, era asalariado. Entonces la reforma agraria se refiere a una lucha contra el latifundio capitalista, no el latifundio feudal.

F. M.—Esto que dices, y te agradezco, es tan importante porque el lenguaje, del mismo modo que lo utilicé cuando dije fidelista, también el lenguaje conspira en contra, fue un lenguaje apuñado previamente por una ideología que también se reclamaba con su derecho, socialista, decía: “Las relaciones en el campo de Cuba son semifeudales”. ¿Por qué? Porque creían en que en Cuba sólo era posible cuando más una revolución democrática o burguesa, que debería realizar las tareas de la modernización capitalista del país, etc., entonces, vemos después del 59, y tanto después —como muchas veces se dice—, los burgueses y los latifundistas como si fueran dos clases sociales diferentes. Como tú bien dices, el latifundio no es más que una función del tipo de dominación capitalista en este caso. El latifundio en Cuba —sea de propiedad norteamericana o cubana— expresaba el modo capitalista de explotación y dominación de Cuba, pero capitalista. Eso es básico.

E. T.—Básico pero entonces, gente como el Partido Socialista Popular, ellos si hablaban de una lucha antifeudal, antiimperialista, ¿y qué...?

F. M.—“Agraria”, “antiimperialista”, “contra los remanentes feudales”, “ por un desarrollo nacional”. Había que encontrar también a una clase burguesa nacional -había que buscarla y encontrarla-, que desempeñara un papel positivo frente a una clase en donde están reunidos los pro imperialistas del mercado internacional con los feudales o semifeudales del campo (o sea estos pro imperialistas junto a los feudales serían la burguesía compradora; y la primera sería la burguesía nacional). Eso no existió.
DESPUES DEL TRIUNFO
F.M. Yo soy el único autor que vive en Cuba y que habla de dos etapas hasta el 89. Nadie me hace caso, o sea, simplemente se hace silencio alrededor de eso y punto. Lo que pasa es que, como te repito, nadie dice “usted está profundamente equivocado” sino que hace silencio. Las dos etapas se supone que son esa del 59 a septiembre del 60 y de septiembre del 60 hasta hoy.
“La idea de que podía haber una revolución capitalista antiimperialista en Cuba a mi me parece absurda, pero ya no se trata de ideas sino de los hechos, en los hechos lo que sucedióes que sólo triunfó el antiimperialismo en Cuba de la mano del anticapitalismo, y que sólo fue posible realizar la justicia social al interior de Cuba independizando al país de la relación con Estados Unidos”.
“Sostengo que toda revolución es un triunfo sobre los límites de lo posible”.
Para nosotros, los que éramos muy jóvenes entonces o jovencitos, pero para todo el pueblo de Cuba, la vida cambió, se produjo en vez de una insurrección nacional que motivó el cambio de régimen, una profundísima revolución social, se rompieron además los lazos neocoloniales que ataban al país con los Estados Unidos.
Dos impactos formidables, y los impactos vinieron juntos, en mi opinión no podían venir separados, la idea de que podía haber una revolución capitalista antiimperialista en Cuba a mi me parece absurda, pero ya no se trata de ideas sino de los hechos, en los hechos lo que sucedió es que sólo triunfó el antiimperialismo en Cuba de la mano del anticapitalismo, y que sólo fue posible realizar la justicia social al interior de Cuba independizando al país de la relación con Estados Unidos, eso ha marcado el proceso de inicio. Cómo se vive por la gente, cómo lo vivimos? La revolución que triunfa parece ser una fiesta interminable. En realidad desató potencialidades insospechadas en las personas. Sostengo que toda revolución es un triunfo sobre los límites de lo posible —no me voy a meter aquí en cuestiones de teoría política—, pero, la idea de qué era posible hacer en Cuba hasta el 59, con Cuba, con las cosas de los cubanos, con las relaciones de Cuba, fue trastornada a fondo. Los límites del posible estallaron.
Es muy difícil narrar algo de ese tamaño, solamente aludirlo: 1) La idea de que un político es una persona habilidosa y ladrona fue sustituida por la idea de que un político es una persona honesta que representa los intereses del pueblo. 2) Es sustituida masivamente, la idea de que Cuba no puede vivir como país civilizado si no es atado a sus relaciones con Estados Unidos, que mucha gente culta y destacada incluso lo pensó así durante un siglo, desapareció brutalmente, a tal punto que se le atribuyeron a los Estados Unidos además, y esto no nació ahí, pero tiene importancia para bien y a veces para mal, y quiero también insistir en lo segundo, se le atribuyeron a Estados Unidos todos los males del mundo, entonces se compone un nuevo cuadro que sólo se puede explicar después, no se explica cuando uno lo está viviendo, y que, el país se siente liberado.
3) Hay un gran impacto libertario en las gentes, en la mayoría de la gente, que es una característica de toda revolución profunda.
4) Otra característica es la existencia de un poder revolucionario. Claro, tiene que organizarse como un poder, entonces, en Cuba marcharon juntos durante mucho tiempo, un tiempo muy prolongado, el impacto libertario y el impacto del poder revolucionario.
Si bien es cierto que el poder revolucionario terminó absorbiendo lo libertario, residuos de él, marcan incluso formas de expresión de pensamiento, de sentimiento y de la vida de muchos cubanos hasta hoy”
En muchos procesos estos dos impactos pueden ser el libertario menor, mayor, pero, el del poder revolucionario se hace fuerte muy rápidamente, recorta los aspectos libertarios más o menos brutalmente o no y después se queda con los símbolos de la revolución, simplemente exhibe los símbolos de la revolución como legitimación del nuevo poder, el caso cubano, el proceso fue, repito, una prolongada coexistencia de ambos y yo creo que esto marcó a la revolución en cuanto a la política, a la ideología, e incluso a una palabra clave tan mal entendida como la democracia y, si bien es cierto que el poder revolucionario terminó absorbiendo lo libertario, residuos de él, marcan incluso formas de expresión de pensamiento, de sentimiento y de la vida de muchos cubanos hasta hoy. Las formas políticas precedentes desaparecieron, no sólo la dictadura, el sistema democrático burgués precedente desapareció también, a esto hay que darle importancia.

E. T.— Que forma de democracia revolucionaria hubo después de la revolución?

F. M.—El problema es que yo no puedo concebir que alguien entienda a Cuba sin saber que Cuba no se inventó la duma ni el sacramento en ningún momento, como en Rusia. Desgraciadamente el eurocentrismo lleva a creer que entonces si el país es socialista entonces hay que ver lo que pasó en la URSS, por allí andarán o no andarán, si el país deja de ser socialista hay que ver cómo fue que Gorbachov y sus amigos y los que vinieron después hicieron las cosas, o sea, los soviéticos descubrieron el parlamento hace pocos años, los cubanos descubrieron el parlamento en el siglo pasado y la república cubana fue parlamentaria, y además, la televisión cubana se dedicó a mostrar esto cuando en Inglaterra todavía había menos televisores que en Cuba, poco después de la segunda guerra mundial, entonces yo tengo que decirlo porque para mí es importante que se entienda que los cubanos teníamos experiencias democrático burguesas y fueron abominadas también, y no lo digo ni para bien ni para mal, lo digo casi como historiador.

E. T.—¿Entonces fue reemplazado con qué?

F. M.—Fue reemplazado con un proceso, no con un objeto sino con un proceso, en ese proceso se trató de crear un poder que fuera absolutamente nuevo y naturalmente no fue así. Pero yo creo que fue una ruptura y por eso le llamo así, porque no se imitó al sistema democrático burgués anterior. Tampoco se imitó al sistema soviético, aunque era la única fórmula que empezó a aparecer en el horizonte sobre todo a partir de 1961. Sin embargo el primer choque interno político cubano dentro de la revolución después que esta se logró fortalecer a un grado que ya era irreversible, quiero decir después que ya no fue la evolución democrática burguesa de un país que tuvo una dictadura sino, la revolución, es el choque con los que querían reducir el proceso cubano a una democracia popular de tipo europeo oriental. Es lo que en Cuba se llamó el “sectarismo” del proceso político entre fines del 60 y el año 1962 y que se caracteriza a través de incluso mencionar a una persona como el “Anibalismo” se decía (ver más adelante).
Ahora, la profundización del régimen revolucionario motivó que se creara un nuevo Estado, que tuvo incluso en alguna medida nuevos ministerios en la práctica. El INRA, Instituto Nacional de la Reforma Agraria es la madre de una parte de los ministerios, el ministerio de la industria azucarera, el ministerio del comercio interior por ejemplo, y de otros. A su vez, la madre del INRA, en una buena medida fue el Ejército Rebelde del 59, del 60, o sea de la institución básica de la revolución. Ahora viene un asunto que es verdaderamente importante incluso para entender algo de las primeras respuestas que es la pos historia, o sea, la revolución como insurrección fue un vivero de cuadros y de futuras estructuras organizativas. De ahí salió en gran parte el modo de ser real de la institución INRA y del INRA una parte del nuevo Estado. Los líderes del nuevo Estado -o sea Fidel Castro, el Che Guevara y otros- tenían en una buena medida, muy decisiva en muchos casos, su ideología rebelde, , y las formas organizativas y la idea, los ideales. Pero la ideología de la organización ha estado muy relacionada con esas vivencias, con las experiencias y ahora también con el proyecto. Esta es una etapa en que el presente se convierte en cambios. Están cambiando cosas una y otra vez y el futuro se organiza como proyecto. Entonces ya se piensa ”tenemos que ser” incluso en la calle la gente dice “¿qué somos? Socialistas, ¿qué seremos? Comunistas”. Empieza la idea de que el régimen político se tiene que corresponder con los proyectos del país. En esta primera etapa los logros —y voy a usar un término que ya en la época ya se usaba mucho—, los logros de la revolución son el teatro de las transformaciones más profundas de la gente, de las relaciones sociales y las instituciones. No se pueden detallar ahora, pero significaron cambios muy profundos en la vida material.
E. T.—Como influyeron las bases sobre las decisiones, las orientaciones?
F. M.— Cuando lo quiero caracterizar digo que las inmensas transformaciones de la sociedad que beneficiaron a las mayorías, tuvieron una participación masiva y sistemática de las mayorías en la ejecución de ellas y en la defensa del nuevo régimen. Me queda claro y puedo hacer claro a todo el que me oiga que yo digo que tuvieron una participación masiva y sistemática en la ejecución de ellas, no en la elaboración, no en la decisión misma. Así además se trató de romper los viejos esquemas. Por eso es que hablé de la democracia anterior representativa, en la cual las elecciones y toda una serie de consultas eran lo habitual en el sistema democrático representativo. Se trató de romper esto e incluso aparecieron las concentraciones de masas en donde se pregunta y se corre el pequeño riesgo de que le digan a uno que no, con una masa enfebrecida que dice que sí. Yo creo que no hay que desdeñar el papel de producir autoconfianza, de producir seguridad en que el poder es nuestro, de que es nuestro poder, no son oraciones de unos burócratas, sino creencias de cientos de miles de personas, eso no es desdeñable.

E. T.—¿Las masas incidieron, por ejemplo al nivel de la reforma agraria?

F. M.— Si, en realidad el orden en el campo, en Cuba antes de la revolución, era absolutamente rígido, con un sistema de guardias rurales del Estado, de guardias privados de los dueños. Pero también con una legalidad que incluso distinguía entre el hurto de cosas muebles, que era penado con la cárcel o la ley cubana y, el robarle tierra o derechos sobre la tierra a personas que no era penado como con la cárcel con la ley cubana sino que quedaba prácticamente dentro del derecho civil. Con esto quiero decir que desde la represión hasta la estructura legal favorecían una dominación en el campo que se rompió. La ideología de la revolución triunfante decía “La tierra al que la trabaja” como política, y decía “Volver el país hacia el campo”, como restitución de justicia a quienes todo lo han dado con su trabajo a la riqueza del país. “La Habana debe sacrificarse, la gente de La Habana ir a trabajar y hacer las inversiones económicas en el campo”, pero también como justicia a quienes durante generaciones lucharon por la independencia del país. Aquí aparece otra vez la figura del “mambi” insurrecto que está en el campo y que es del campo, con lo cual se empata un poco con la ideología nacionalista campesina de la segunda república burguesa neocolonial, pero ahora mirada de otro modo. De la misma manera que el gobierno revolucionario produce leyes febrilmente, y se empata con la tradición de la república burguesa en cuanto a producción o a discusión acerca de la producción de leyes. En los primeros años de la revolución se produjeron mil leyes, incontables reglamentos y miles de resoluciones. El INRA gobernaba con resoluciones que hacían los líderes regionales. Ahora bien, la gente, le dio su impronta, a través no sólo del cumplimento de la ley, sino del incumplimiento de ella. La gente unas veces esperó pero por lo general presionó y a veces incluso actuó simplemente, por ejemplo, al final del año 59 y en las primeras dos semanas del año 60 se produjo la verdadera gran ocupación de las tierras y transformación de la gestión en el campo, en nombre de la ley de reforma agraria por contingentes de soldados y civiles. Lo que pasa es que la forma organizada de conducir los procesos es fundamental en la revolución cubana, eso ha sido así, esto evitó desde los primeros días que hubiera baños de sangre por parte de multitudes enfurecidas. Eso no existió, sino que fuera a través de tribunales que se deseó la justicia, y acostumbró a que algo que venía de antes de la revolución, se volviera ahora general que era: “Toda cuestión que hagamos debe ser legalizada”. No quiere decir con esto que las actuaciones fueran digamos sólo dependientes de que una ley dice esto. Digo que las actuaciones fueran legalizadas, que así, lo que se llamaba nacionalizar, esto es, apropiarse de la propiedad privada de los burgueses, más o menos grandes, muy grandes o hasta a veces nada grandes, se convirtió en algo natural. Pero la ley lo refrendaba, entonces la expresión por ejemplo “por la libre” desapareció. “Por la libre” era lo que se hacía sin orden, o sea sin un orden, sin una organización, y la idea de que los revolucionarios deben organizarse adquirió una fuerza enorme. La organización de masas más importante en la primera época de la revolución en mi opinión, son las milicias nacionales revolucionarias. Lo viví y lo he estudiado después: a través de esta organización se produce un proceso de proletarización sin industrialización, o sea, un país con una desocupación masiva vista en una perspectiva de lo que en los libros puede aparecer de una rapidísima industrialización, para que entonces los que sólo leen manuales se puedan sentir más tranquilos porque dicen “¡Ah, con un proletariado mayoritario se produjo una revolución socialista!”, o sea, dado que no se puede tener esa satisfacción teórica, sin embargo, en la práctica sucede que las gentes organizadas tiene actitudes anticapitalistas de tipo muy estructuradas, en la formación del armamento general del pueblo -como hubiera dicho Carlos Marx-, acá desempeñó un papel básico creo yo. Por otra parte la democratización de los sindicatos, que fue un proceso iniciado a fines de la guerra pero sobre todo durante el año 59, significó la promoción de un nuevo cuadro de dirigentes de base intermedios e incluso altos sindicales, que procedían de la actividad y del entusiasmo de los trabajadores,…

E. T.—Entonces hubo una democratización muy importante.
F. M.—Importantísima.
EL Movimiento sindical

E. T.—¿cómo es posible que cinco años después del triunfo, ya alguien como el Che puede considerar que la democracia sindical no existe más?

Dice el Che: “Aquí la democracia sindical es un mito que se dirá o no se dirá; pero es un perfecto mito. Se reúne el partido y entonces propone a las masas a fulanito de tal, candidatura única y de ahí en adelante salió aquel elegido (…) no ha habido ningún proceso de selección por parte de las masas (…) la gente tiene necesidad de expresarse (…). En el momento actual yo diría incluso que los sindicatos podrían dejar de existir (…) y traspasar sus funciones a los consejos de justicia laboral (…) los únicos que no estarían de acuerdo son los de la burocracia sindical que se ha creado que naturalmente se le habla de que tienen que volver a trabajar con las manitas y el hombre dice, oye, hace 18 anos que soy dirigente sindical.” (En Paco Ignacio Taibo II “ Ernesto Guevara: también conocido como EL CHE”, capitulo 33 sobre el año 1964, página 553, edición Planeta Bolsillo, México, 1997
F. M.—En los grandes procesos de cambio social las cosas pasan en poco tiempo. Yo pienso que los sindicatos tuvieron un momento de esplendor importante en la expansión de la ideología revolucionaria e incluso de las instituciones revolucionarias, y después declinaron ante todo porque su cultura venía de la lucha por reformas y demandas inmediatas. El hecho de las transformaciones revolucionarias superó completamente a lo que los sindicatos pensaban. Una demanda del 59 era pasar a cuatro turnos de seis horas en los centros azucareros, de manera que aumentara un tercio el número de trabajadores frente a la desocupación. Eso no sucedió. Sin embargo, en sólo cuatro años, en 1963, ya no había desocupación en Cuba sino empezaba a haber falta de brazos, falta de fuerza de trabajo. La transformación en cuanto al incumplimiento de la legislación laboral, a los pagos por debajo de los salarios mínimos, a la masa enorme de injusticias en el terreno de estas demandas inmediatas, fue sustituida por un triunfo en toda la línea de las demandas por un auge del ingreso de los trabajadores, pero también fue sustituida por una participación del Estado revolucionario que se volvió decisiva en lograr que estas cosas fueran reales. Desde la justicia laboral, que fue reformada y convertida en un procedimiento velocísimo, que le daba la razón siempre a los trabajadores. Incluso era casi una broma decir “El Ministerio del Trabajo juzga, pero el patrono que es el Estado no gana nunca. Sólo gana el trabajador”. Incluso, para producir un despido no había prácticamente ninguna forma. El Estado patrón no podía despedir prácticamente a ningún trabajador a través de nada de la justicia laboral hasta que se creó la ley 32, diez o once años después del triunfo de la revolución o más. Ahora, los sindicatos son rebasados entonces por unas estructuras que están dando más que lo que ellos soñaron en su sistema de sueños y de luchas. Por otra parte, el contenido de la política social del país se ha configurado a través de un enorme pacto social entre la población y el gobierno. O sea, el gobierno es el garante, por eso te decía yo la expresión “el poder es nuestro” es el garante de los cambios que están sucediendo y de que los cambios permanezcan. Es el garante de que la reforma agraria no sea seguida por una capitalización del campo, como en otros países donde ha habido una reforma agraria más o menos profunda. Sino que la reforma agraria sea un vehículo para un nuevo orden de cosas. Por eso en que se convierta una revolución en el campo, entonces son las mismas fuerzas organizadas de la revolución, su Estado, su ejército, sus milicias, después la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños para este grupo nuevo que se ha creado de propietarios.
El sindicato no encontró rápidamente una nueva manera de comportarse porque se estructuró a partir de cómo existía antes que era una sola confederación nacional y entonces empezó a tener su liderazgo ya ahora más cercano al poder revolucionario. Hubiera sido algo absurdo pensar que el secretario general de la CTC tuviera una confrontación con este Estado que expresaba la revolución, pero de ahí a convertirse en un funcionario del Estado no había más que un paso: la participación.
El nuevo Estado que tuvo que multiplicar sus funciones, también comenzó a burocratizarse rápidamente y, yo no creo que los sindicatos tuvieran culpa en esto, lo que pasa es que, los líderes máximos de la confederación no desempeñaron un papel en contra de esto. Eso es lo que tiene que ver con las expresiones del Che Guevara en un momento dado. Cuando el Che Guevara está en una lucha diferente, como ministro de Industrias pero sobre todo como líder político del país, donde él está tratando de producir un experimento de masas con 400 mil trabajadores organizados del Ministerio de Industrias, en la cual la participación del trabajador vaya siendo cada vez mayor. En un sistema que forzosamente ha tenido que ser autoritario, y un sistema que por demás, tiene el autoritarismo de la producción industrial. Entonces, en ese sentido se está refiriendo él, más bien a que los líderes del movimiento sindical pueden convertirse en un adorno del régimen.
Ahora, quiero decir algo más fuerte: en 1966, esa dirección prácticamente desapareció, porque el Estado revolucionario prácticamente la eliminó. El 12 Congreso de la CTC en septiembre de 1966 fue el intento por la propia dirección revolucionaria de revivificar el movimiento sindical, pero para que sirviera a una reorganización general del poder que estaba abatiendo las formas del propio Estado revolucionario del 59-60-61, burocratizado, y tenía una actividad en conjunto que marcó la segunda mitad de los años 60, que pretendió profundizar el sistema de transición socialista cubana, con una óptica y unos objetivos comunistas, que involucrados a la vez en el proceso de la revolución mundial, en este caso como el esfuerzo internacionalista en América Latina sobre todo, no sólo en América Latina pero sobre todo. El poder revolucionario pretendía a la vez que la revolución cubana iba a ser sólo la primera revolución socialista de América: el surgimiento de otros poderes permitiría la expansión. Las posibilidades, aquí otra vez el problema de la posibilidad, de la revolución cubana del 59 estuvo dada por el esfuerzo de los cubanos. La posibilidad de la profundización de la revolución cubana a la segunda mitad de los 60, estaba fiado a que ese esfuerzo fuera prolongado por los triunfos de los revolucionarios argentinos, o brasileños, venezolanos o de otros países que permitiera una nueva unión internacional que hiciera viable a la economía y al régimen político-ideológico cubano que resultaba independiente de la corriente llamada socialista de la Unión Soviética, y también se había independizado de la corriente maoísta y entonces. En esa situación, tanto el movimiento sindical como el Estado, como el conjunto de instituciones cubanas, estuvieron en una tensión tremenda. El movimiento sindical no sobrevivió a ella, en la segunda mitad de los 60, fue sustituido por otras formas organizativas. En las unidades de producción sobre todo y en los niveles altos prácticamente perdió toda su importancia, y sólo la recuperó en los primeros años 70, ya de otra manera muy diferente.

La relación CUBA – Unión Soviética…
F. M.—Bueno, yo continúo este ejercicio tan estimulante.
La revolución cubana es la única revolución anticapitalista triunfante que se ha mantenido tan largo tiempo en América Latina. Sin embargo, la geopolítica se ha vengado desde entonces una y otra vez.
La geopolítica se ha vengado una y otra vez de esa victoria cubana. El proceso tan autónomo en cuanto a que, —yo digo que es la primera revolución socialista autónoma que triunfó en Occidente, no sé si hay una segunda—, el proceso que logró de manera autónoma ir tan lejos en la formación de una sociedad anticapitalista de transición socialista, como le llamo yo, —no me voy a meter en ese concepto aquí—, y de carácter antiimperialista e internacionalista, se encontró con la realidad de que tenía que adecuarse a la existencia en el mundo de dos zonas bastante contrapuestas, vamos a llamarlo así para ser justos, o sea la liderada por los Estados Unidos y la liderada por la Unión Soviética. Dos zonas de enfrentamiento geopolítico mundial que estaban en busca de competencias y coordinaciones en esos propios años. Entonces Cuba entró por la vía de la necesidad, desde 1960 ya el enfrentamiento del régimen norteamericano contra Cuba era demasiado grande, sistemático y se llegó a una ruptura que hizo que la viabilidad de la economía cubana dependiera de nuevos lazos y se hiciera un pacto con la Unión Soviética y países más o menos influidos o controlados por ella. Cuba tenía que colocar sus azúcares y los colocó en la URSS. Cuba tenía que recibir el petróleo y lo recibió de la URSS. Cuba necesitaba armamentos para defenderse y armar a la población en gran escala y los recibió de la URSS y de alguno otro aliado de la URSS. Entonces aquí apareció una relación que tiene toda una historia de treinta años. Esa historia influyó, o sea el enfrentamiento de Cuba con Estados Unidos y la alianza de Cuba con la Unión Soviética influyó poderosamente en los asuntos internos cubanos. El primero, el enfrentamiento con Estado Unidos, implicó una unidad nacional que tenía que ser fortísima, influyó en el sistema político cubano hasta hoy. La alianza con la Unión Soviética implicó un aliado muy poderoso con relación a Cuba que pretendió utilizar a Cuba en cuanto a su política exterior, en cuanto a su sistema internacional de relaciones, y no ayudar a Cuba de manera internacionalista. El régimen soviético entonces pasa al interior de Cuba también. Como pasaría en cualquier revolución, había ideas diferentes de cómo llevar adelante el proceso. La tradición “socialista popular” (la del PC pro-Moscú) tenía una idea muy relacionada con la ideología soviética, no necesariamente con la historia soviética. La tradición cubana se enfrentaba con esta tradición estalinista. Había ideas de socialismo democrático muy interesantes y que si tenían influencias previas al triunfo de la revolución, en el seno del 26 de Julio y entre otras muchas personas. Ahí empezó a producirse las formas internas de tratar de resolver el problema, la organización de un partido unificado de una manera tan precoz, en la segunda mitad del 60, que se llegó a llamar Organizaciones Revolucionarias Integradas porque más no podía pretender...
La construcción de un partido unificado y la crisis del 1962

E. T.— Las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) comprendían el Partido Socialista Popular (PC pro-Moscú), el 26 de Julio y el Directorio Revolucionario Estudiantil?

F. M.—Exacto. Se pretendió hacer como un partido y en medio de una revolución que era más bien un escándalo para todos había que dotarse de estructuras. Cómo estructurarla? Apareció una fórmula que quiso copiar la estructura de un partido comunista de Europa Oriental. Que absurdo! La idea era absurda.
Después del triunfo, el movimiento del 26 de Julio se vio en una circunstancia en que desapareció como organización.

E. T.— La mayoría de sus cuadros se integraron totalmente en el aparato revolucionario, en el Estado.

F. M.—No, en todas partes, en la fuerza armada, en el Estado, en las milicias, en los sindicatos, en los comités de defensa, en muchas partes, entonces...

E. T.—Entonces en tareas de construcción y de gestión.
F. M.—Exacto. Y en participación.
E. T.—Y entonces no quedaba más tiempo, espacio de tiempo para las tareas partidarias.
F. M.—Y al ofrecer una voluntad, porque podía haber aparecido la voluntad digamos como, no voy a comparar la revolución cubana con la argelina, pero podía haberse dicho que el 26 de Julio sea el partido de la revolución cubana. Si fue el de la insurrección por qué no va a ser el de la revolución? Incluso sus estructuras nacionales, provinciales y municipales que existían serán las del partido. No fue así.
Ahora, las Organizaciones Revolucionarias Integradas, decía yo, se quiso por parte de las personas, responsabilizadas con ellas, convertirlas prácticamente en el aparato político de tipo comunista de un país de Europa Oriental.
E. T.— Quién era a cargo de esto?
F. M.—A cargo de esto estaba un antiguo dirigente, no era el dirigente máximo, del Partido Socialista Popular, Aníbal Escalante. No participaron en esto de una manera activa todos los dirigentes del Partido Socialista Popular. Empezaron a participar también personas que fueron captadas por él. Ahora, lo cierto es que eso estalló en apenas dos años, en 1962. Las ORI no tenían posibilidad de sobrevivir. Sin embargo, yo no creo en la explicación de los sucesos sociales en el utilizar el argumento de las maldades individuales.

E. T.—Si. No es solamente la fama de poder de parte de Aníbal Escalante, es insuficiente como explicación. Claro lo que denuncia Fidel en sus discursos de marzo 62 es que, a la sombra de esto, hay un aparato que está llegando hasta las provincias, hasta los municipios, que está organizándose para tener un monopolio, por eso te pregunto.
Citas de Fidel Castro sobre la crisis de las ORI
Estábamos haciendo realmente un verdadero partido marxista? (…) No estábamos integrando las fuerzas revolucionarias. No estábamos organizando un partido. Estábamos organizando, o creando, o fabricando una camisa de fuerza, un yugo, compañeros. No estábamos promoviendo una asociación libre de revolucionarios, sino un ejército de revolucionarios domesticados y amaestrados. (…)
El compañero que recibió la confianza –no se sabe si la recibió o la autorecibio- porque se le designara o porque de una manera espontanea fue destacándose en ese frente, y en consecuencia tuvo a su cargo la tarea de organizar o de actuar como secretario de organización de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (…) cayo, compañeros, muy lamentablemente, en esos errores que nosotros estamos aquí anunciando: el compañero Aníbal Escalante. (…) Nosotros consideramos que Aníbal Escalante con estos actos no actuó de una manera equivocada e inconsciente, sino actuó de una manera deliberada y consciente.(…) Y que era el núcleo? Un núcleo revolucionario? Estaba convirtiéndose en un cascaron de revolucionarios, concededores de mercedes, que quitaba y ponía funcionarios, quitaba y ponía administradores, y, en consecuencia, no iba a ser rodeado por el prestigio que debe tener un núcleo revolucionario, emanado única y exclusivamente por su autoridad ante las masa, por sus integrantes como modelo de trabajadores, como prototipos de revolucionarios, sino porque era el núcleo donde podía recibirse un favor, esperar un favor, una merced, un daño o un bien. Y alrededor de los núcleos, naturalmente, iban creándose las condiciones para formar una cohorte de aduladores, que no tiene nada que ver con el marxismo ni con el socialismo.(…) Esa locura de mando, esa “mandomanía”, esa gobiernomania” que se apodero de algún compañero (Aníbal Escalante, NDLR). (…) Entonces, como se hicieron los núcleos? Voy a decirlo: en todas las provincias al secretario del PSP lo hicieron secretario general de las ORI; en todos los núcleos el secretario general del núcleo… el miembro del PSP lo hicieron Secretario General del núcleo”. (Extracto de “Versión completa del discurso de Fidel Castro del 26 de Marzo 1962”, in Obra Revolucionaria, n°10, La Habana, 1962).
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F. M.—Claro, eso estalló. Ahora, estalló sin represiones físicas.
F. M.— La fuerza de la revolución cubana es visible en que, tanto Fidel Castro como sus colaboradores más cercanos pudieron escapar a esto, y entender no sólo que no era imprescindible tener un modelo sino incluso empujar y quitarlo, pero aquí tienen realidades sucesivas. Cuba está sujeta a la posibilidad de ser invadida directamente por Estados Unidos durante todo el año 62, cosa que ya la documentación ha demostrado. Para septiembre del 62 es una realidad, antes del descubrimiento de los cohetes, Cuba está involucrada en su defensa militar, cada vez más, a la Unión Soviética. Entonces, ¿ves cómo van pasando cosas incluso en meses? En Cuba se está tratando de reorganizar toda la economía que ha sido nacionalizada y con pocos cuadros. La fuga de cuadros y de técnicos es increíblemente grande por las relaciones culturales con Estados Unidos pero sobre todo por el apoyo político directo de Estados Unidos a esa fuga, incluso les prometieron a técnicos medios trabajo en Estados Unidos si se marchaban de Cuba y se los cumplieron a todos, hicieron campañas de todo tipo a las cuales no me voy a referir aquí. Ahora, por ejemplo, el fin del primer esquema de derrocamiento del régimen cubano, el esquema Eishenhower-Kenedy que cae temprano, es Playa Girón (abril 1961). Existe también una posición armada que está siendo alentada por los Estados Unidos en algunas zonas, sobre todo en el centro del país, lo que en la tradición cubana se llamaba la lucha contra bandidos, pero el esquema de ataque directo norteamericano sucede a la vez que en Cuba se hace la profunda crítica del intento de convertir a Cuba en una democracia popular sujeta a la Unión Soviética. Mira qué problema, eso exigió seguramente flexibilidad de ambas partes, los soviéticos cambiaron su embajador, los soviéticos mantuvieron el sistema de ayuda militar y las compras de azúcar a 6 centavos la libra, el precio fijo y, durante ese año 62, se produjo el mayor involucramiento militar soviético en Cuba, va a haber unos 17 mil militares en secreto, pero ayudando y a la vez poniendo el sistema capaz de hacer ataques tácticos, ataques nucleares a Estados Unidos. O sea, siguiendo la idea soviética de su política exterior que para Cuba, —bueno ya todo eso se puede explicar al que lea los documentos— pero que desembocó en la crisis de los misiles donde Cuba se enfrentó a los Estados Unidos y se encontró enfrentada también a la real política soviética en la práctica. Entonces, cuando las ideas revolucionarias y la actuación de la dirección han producido la negativa a hacer una democracia popular, se produce también el máximo momento de complementación, incluso militar, entre ambos países y el hecho máximo de enfrentamiento de tipo internacional después de la segunda guerra mundial que había existido, el mundo se encontró al borde de una tercera guerra mundial. Cuando eso sucedió en el régimen cubano, naturalmente, hubo conmociones muy grandes, el Che Guevara, pero Fidel Castro sobre todo, lo expresan en documentos públicos, en los procesos de este tipo hay muchas cosas que no son públicas. La reorganización política del país, inmediatamente después de todo esto, implicó la formación del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, PURSC, un nombre demasiado largo pero más moderado.
Ahora, el partido este, ya es un partido que pretende ser otra cosa, pretende organizar a los revolucionarios cubanos también sobre la idea de que es necesario un partido que todavía es imprudente llamarle comunista, pero que debe ser a partir de unas formas mejores de componerse, empezando porque, para ser militante, o sea miembro de él, no puede salir esto de que un grupito o una secta los escoja, sino solamente de que sea considerada ejemplar la persona por los trabajadores, por sus compañeros en asambleas abiertas de discusión. Entonces, yo te decía, la asamblea de trabajadores ejemplares era el requisito indispensable, —y fue un invento acá— de que una persona se pudiera considerar cantera o candidato para ser miembro de ese partido nuevo. Comenzó con los trabajadores pero también siguió con los estudiantes y con los soldados. La persona escogida tenía que pasar un proceso de selección en donde comisiones de miembros del partido, de su propio centro de trabajo, deberían analizarlo profundamente, discutir con él su vida, oír incluso su voluntariedad como se decía, porque él podía decir yo no quiero, soy trabajador central pero no quiero ser parte del partido. Era su derecho. Pero desde ahí hasta el final del proceso si venía la selectividad por parte del partido expresada por la organización de base, el núcleo del partido y no ninguna instancia superior. Ahora, al terminar, éste tenía que volver a una asamblea de trabajadores para explicarles si se quedaba o no y por qué, y los trabajadores: “¿qué, cómo?, a ver explique eso ¿por qué no?”, o incluso “¿por qué usted dice que si, si yo que vote en contra de las ejemplares sigo pensando que a pesar de todo no?” Esto le daba una transparencia al proceso y sobre todo un prestigio a la composición de la militancia. Esto ha sido un factor básico en cuanto a la fuerza moral del partido cubano en sus bases. Yo diría que hasta el día de hoy ha sido de lo más resistente que ha habido el prestigio moral de los miembros del partido y sus bases. Por otra razón más, incluso, que es la pérdida de prestigio entre los trabajadores, se consideró desde entonces una causa para perder la condición de miembro del partido. Debía ser discutido por sus compañeros al perder el prestigio frente a los que nos honran a todos, o a gran parte. Se intentó que la forma de organización intermedia, como los escalones sucesivos del partido fuera democrática, en el sentido de garantías, de controles, no solamente de arriba hacia abajo sino de defensas y controles de abajo hacia arriba. Yo no creo que el logro fuera grande hasta el punto de decir es ejemplar, pero el logro de la democracia en la base se mantuvo. El logro de la capacidad de las bases de decir su criterio, desde su posición de miembros sin ser represaliados, yo creo que ha sido una de las formas libertarias principales que han quedado, a pesar de la absorción de los libertarios por el poder revolucionario, que han quedado, en la tradición cubana política. Te decía antes y repito ahora, el sistema de los sindicatos no sobrevivió a lo que yo decía. La anécdota del Che por esto tengo que conceptualizarla, puede ser que sea correspondiente a un hecho específico, puede ser que sea correspondiente al momento en que se analiza...
Ahora, el Partido Unido de la Revolución Socialista, tuvo como otro rasgo y yo creo que es muy importante el intentar, que a diferencia de otros países, el partido no gobernara los asuntos de la administración. Sino que trato de controlarlos con fuerza política y moral. Esa ha sido una de las líneas en las cuales, no sólo la retórica sino la práctica política cubana, estructural, interna del partido ha insistido durante más de 30 años. Cuando se formó el Partido Comunista de Cuba, en octubre del 65, se trató de que esto se convirtiera en ley. En el año 71, en los primeros años 70, cuando hubo una reestructuración fuerte, de la cual yo tengo muchas críticas que hacer, se trató de que esto permaneciera y yo creo que en líneas generales permaneció. El planteo de crítica a que el partido estuviera dirigiendo a las administraciones en la práctica, es un planteo de Fidel Castro, del Che Guevara, de otros desde los inicios. Esto que si ya fue de verdad un partido producido en Cuba de tipo comunista. Ahora, las influencias sobre este partido, de las formas organizativas soviéticas durante los años 60, fueron mínimas.
Fidel Castro sobre el partido
Cuál es la función del partido? Orientar. Orienta en todos los niveles, no gobierna en todos los niveles. Crea la conciencia revolucionaria de las masas, educa a las masas, es el engranaje con las masas, educa a las masas en las ideas del socialismo y en las ideas del comunismo, exhorta a las masas al trabajo, al esfuerzo, a defender la revolución. Divulga las ideas de la revolución, supervisa, controla, vigila, informa, discute lo que tenga que discutir, pero no tiene las atribuciones de quitar y poner administradores, de quitar y poner funcionarios. (…)
Es bueno recordar ciertos hechos, como el hecho de que nosotros hicimos una guerra, la dirigimos, la ganamos y sobre los hombros de ninguno de nosotros hay estrellas de general, ni sobre nuestros pechos cuelgan condecoraciones. Y como gobernantes, la primera ley que propusimos fue prohibir que se levantaran estatuas. Entonces no se discutían tanto como ahora estos problemitas del culto de la personalidad, pero nosotros, por convicción profunda, propusimos que se prohibiera por ley hacer estatuas a personas vivas, que se pusiese a calles, o ciudades, u obras el nombre de personas vivas. Y más todavía: que por ley se prohibiera que los retratos nuestros estuviesen en los despachos oficiales. Por demagogia? No. Por profunda convicción revolucionaria hemos actuado así”.   (Extracto de “Versión completa del discurso de Fidel Castro del 26 de Marzo 1962”, in Obra Revolucionaria, n°10, La Habana, 1962).
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E. T.—¿cuándo fue para ti el viraje?
F. M.—No, no, no, es que yo quiero decir otra cosa, no es ningún viraje. Es que, cada vez más influyó las formas cubanas de autoritarismo, y no las formas soviéticas de dominación. Pero esto tampoco es...
E. T.—¿Puedes explicitar esto?
F. M.—...esto tampoco es de un día para otro.
E. T.—Me parece muy importante.
F. M.—Te decía que el Partido Unido y el Partido Comunista tienen una solidísima pretensión de diferenciarse de los partidos de Europa Oriental en cuanto a la separación partido-Estado, que se expresa en que en la cúpula si, en la máxima dirección hay una opinión, quiero decir en Fidel y de ahí para abajo, según la cual tiene que haber una separación desde el buró político al comité central. Además, recuerda que el Partido Cubano tuvo su primer congreso sólo 17 años después del triunfo de la revolución y 10 años después de la formación del comité central. Esto da una idea de que su vocación no era dar congresos a cada rato ni apurarse en dar congresos, no tenía ninguna vocación en ese tema.
E. T.—Parece evidente sí.
F. M.—Es obvio. Entonces, la idea de que el partido tenía que ser un instrumento fundamental, pero un instrumento de la revolución, que es una idea importante, la idea de que era un avance entre otros de Cuba con relación a la experiencia de Europa Oriental.
LAS DOS ETAPAS DE LA REVOLUCION
La primera etapa de la revolución, para mi va de la reconstrucción del poder del 1° de enero del 59 al inicio de los años 70’s, digamos al año 71. A partir de ese momento, se produce una i
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