Italia"Algo ha cambiado tras el 12 de diciembre, pero el camino es aún muy difícil”

ITALIA: ENTREVISTA A FRANCO TURIGLIATTO

ALAIN KRIVINE


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Antiguo senador, Franco Turigliatto forma parte de la dirección de Sinistra Anticapitalista. Con él analizamos la situación social y política de Italia tras la gran jornada de huelga y de movilización del 12 de diciembre.
¿Cuál ha sido la importancia de las movilizaciones de este viernes?
Tras años de una pasividad total de las grandes organizaciones sindicales frente a la política de austeridad llevada a cabo por los gobiernos de los patronos (Berlusconi, Monti, Letta), ha habido por fin una huelga general contra las medidas del actual gobierno Renzi compuesto por el Partido Demócrata (PD), un partido de centro y el autodenominado Nuevo Centro derecha. De hecho, goza también del apoyo de Forza Italia de Berlusconi, aunque formalmente este partido esté en la oposición. Es un gobierno de los patronos que se alinea con la política de la Troika europea, más allá de la propaganda demagógica de Renzi.
La huelga ha sido convocada por el principal sindicato, la CGIL, y por la UIL (los dirigentes de estos dos sindicatos están afiliados al PD) y ha sido un claro éxito, con manifestaciones masivas en 54 ciudades (40.000 en Milán y en Turín, y más de 20.000 en Roma y Nápoles). La otra gran organización sindical, la CISL ultra progubernamental, no ha participado en la huelga.
La huelga ha llegado tras cerca de dos meses de movilizaciones. Comenzó con luchas por la defensa del empleo, en particular en la metalurgia. Luego, en Roma el 25 de octubre hubo la gran manifestación nacional de la CGIL en la que participaron varios centenares de miles de trabajadores y trabajadoras. En fin, la huelga muy combativa del 14 de noviembre, convocada por los metalúrgicos de la FIOM/CGIL en el centro norte del país (en el sur y en las islas, la huelga tuvo lugar en otra fecha) con un gran cortejo muy antigubernamental en Milán.
El mismo día ha tenido lugar la "huelga social", es decir la huelga de los sindicatos de base, de los movimientos sociales, de los trabajadores en precario y de los estudiantes, con manifestaciones en decenas de ciudades. En este contexto de lucha, con un gobierno que ataca directamente los derechos de los trabajadores e incluso a los aparatos sindicales, los dirigentes de la CGIL y de la UIL se han visto obligados a convocar la huelga.
¿Cuáles son las líneas de ataque del gobierno y de los patronos?
En el centro de los ataques está la nueva ley sobre el derecho del trabajo (lo que se llama el Jobs Act), que destruye completamente los derechos de los trabajadores en las empresas. Son derechos que están garantizados por el código del trabajo de 1970, una de las conquistas de aquel gran período de luchas del movimiento obrero italiano. En la nueva ley se da a los patronos toda la libertad para despedir y vigilar a los trabajadores, y reducir sus calificaciones, a fin de garantizar una mayor explotación.
Luego está la ley de estabilidad financiera que combina dos tipos de medidas: un gran regalo a la patronal, con una fuerte reducción de los impuestos para las empresas, y nuevos recortes en los gastos sociales del estado, de las regiones y de los municipios.
Por otra parte, está en curso un proceso de privatización de la escuela pública. En fin, hay un decreto"Desbloquear Italia", que da las manos libres a la especulación inmobiliaria y a la destrucción del medio ambiente.
¿Qué consecuencias puede tener esta jornada a nivel político y en la recomposición del movimiento obrero?
La cuestión de fondo está en saber si este movimiento continuará tras la jornada del 12 para poner en cuestión la política del gobierno. Tras años de gran pasividad, algo ha cambiado, pero el camino de la recomposición de un movimiento obrero organizado y combativo es aún muy difícil. Estamos por tanto lejos de la reconstrucción de una unidad entre los diferentes movimientos y las diferentes generaciones.
Este proceso es absolutamente necesario para hacer frente no solo a la acción de los capitalistas, que quieren una sociedad vencida y fragmentada, sino también para combatir la presencia cada vez más amenazadora de la Liga del Norte de Salvini (que ha dado un giro nacionalista y que actúa ya en pleno acuerdo con el FN francés) y contra sus aliados de la extrema derecha que, en esta descomposición de la sociedad, esperan construir su proyecto racista, reaccionario y antidemocrático.
¿Cuáles han sido los papeles de los partidos, de los sindicatos y de los movimientos sociales?
Los grandes partidos oficiales que han gobernado estos últimos años son todos unos gestores de la austeridad. Las fuerzas de la izquierda son débiles y están divididas, aunque, alrededor de la “Lista Tsipras”, que en las elecciones europeas ha superado el umbral del 4%, estén en curso tentativas de unidad y de recomposición. Por el momento dominan las dificultades, en parte porque la principal formación, Sinistra Ecologia e Libertà (SEL) de Vendola, busca la unidad con el PD. Rifondazione se ha debilitado mucho estos últimos años y sufre divisiones internas. Además, una gran parte de esta izquierda está aún muy dependiente o ligada al aparato de la CGIL o al ala izquierda de la dirección de la FIOM.
La dirección burocrática de la CGIL tiene la gran responsabilidad de haber avalado durante años la política liberal. Hoy está obligada a tomar la iniciativa, pero es difícil pensar que va a construir un movimiento global a la altura de los ataques en curso. Esto se explica también porque su principal objetivo es asegurarse un lugar en la “mesa de negociaciones”, jugar un papel de mediación con el gobierno, salvaguardando a la vez su aparato y su credibilidad ante los trabajadores encontrando compromisos que limiten los daños. Esta orientación se ha expresado en la plataforma reivindicativa del 12 de diciembre que era muy general y no pedía, lisa y llanamente, la retirada de las medidas del gobierno.
La batalla para dar una continuidad a la lucha sobre la base de una plataforma clara y radical y por la convergencia entre el movimiento obrero y los movimientos sociales es la que lleva a cabo mi organización, Sinistra Anticapitalista.
¿Hay reagrupamientos de “lucha de clases” en los sindicatos o fuera de ellos?
En el último congreso de la CGIL emergió una corriente de izquierda, pequeña pero significativa y activa: “El sindicato es algo diferente”. Es una oposición en la CGIL, presente en todas las categorías pero en particular entre los metalúrgicos.
Y luego hay diferentes sindicatos de base, cuya capacidad de acción y de movilización, políticamente importante, es sin embargo limitada. Ha habido tentativas de tomar iniciativas unitarias (por ejemplo entre estas diferentes fuerzas en la jornada del 14 de noviembre) pero domina aún un espíritu sectario de autodefensa, que se caracteriza por la decisión muy errónea de no participar en la huelga del 12 de diciembre. Se han cortado de hecho de la gran masa de los trabajadores y trabajadoras que han optado por movilizarse en esa jornada crucial. Con esta orientación política, es difícil erosionar las posiciones de los aparatos sindicales mayoritarios.
¿Qué hay de Beppe Grillo y de su movimiento?
El movimiento Cinco Estrellas (M5 stelle) es la principal fuerza de oposición parlamentaria. En las instituciones lleva a cabo batallas democráticas significativas, entre ellas la de la Jobs Act. Es una fuerza que conoce hoy dificultades aunque tenga todavía un importante apoyo electoral. Más allá de una gestión “patronal” y vertical de sus dos jefes, el M5 es una fuerza que no se expresa en el plano social, en las luchas y en las movilizaciones. Sencillamente, no las comprende. Muchos de sus electores participan en los movimientos sociales y estaban ciertamente en la calle el 12, pero el partido como tal, a causa de su naturaleza política y de clase (ni de derechas ni de izquierdas…) y de su estrategia, no es capaz de ser un sujeto activo en la construcción de una movilización social, y en particular de la clase obrera. Claramente, reconstruir el movimiento obrero no es su problema. Al contrario, sus éxitos electorales vienen de una combinación de rabia y de pasividad social. La reconstrucción de un movimiento obrero y social fuerte es más que nunca la tarea de la izquierda con una orientación de lucha de clases.
20/12/2014
http://www.npa2009.org/actualite/italie-quelque-chose-change-mais-le-chemin-est-encore-tres-difficile
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

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