Israel- Palestina: Los invasores indígenas Neve Gordon y Nicola Perugini


Viento sur, 21 de julio de 2013
  

[El pasado 15 de julio, convocada por al “Alto Comité de Coordinación de los árabes en Israel”, tuvo lugar una huelga general para reclamar la abolición del plan Prawer-Begin que tiene por objetivo judaizar el Neguev. Durante ese día tuvieron lugar huelgas y cierres de negocios en todas las zonas árabes de Israel, sobre todo en Galilea, en el norte de Israel. También se realizaron manifestaciones en distintas partes del país. N. Gordon y N. Perugini analizan la retórica utilizada para justificar esta nueva limpieza étnica].

El 24 de junio, el “Plan Prawer para la reglamentación de la instalación de los beduinos-palestinos en el Neguev” ha sido aprobado en primera lectura en el parlamento israelí. Si es puesto en marcha, el Plan constituirá “la más importante medida de desplazamiento forzoso de ciudadanos árabes de Israel desde los años 1950 y provocará la expulsión estimada de cuarenta mil beduinos-palestinos de sus viviendas actuales.

La finalidad del plan es judaizar el Neguev israelí. Para ello, setenta mil beduinos (de un total de 200.000) que viven actualmente en los pueblos clasificados como “no reconocidos” por el gobierno israelí deben ser desplazados. El gobierno les prohíbe ya conectarse a la red eléctrica y a los sistemas de agua y de alcantarillado.

Son igualmente aplicados los reglamentos sobre la construcción, y solo en 2011 alrededor de un millar de viviendas beduinas y de recintos para animales -a los que el gobierno se refiere habitualmente como a simples “estructuras”- han sido demolidos. No hay carreteras asfaltadas y los paneles indicadores que señalan esos pueblos en la carretera principal son retirados por las autoridades gubernamentales. Esos pueblos no aparecen en los mapas, puesto que según la geografía oficial, los lugares habitados por esos ciudadanos israelíes de segunda no existen.

Durante años el gobierno ha pretendido que, como esa gente vive en pequeños pueblos dispersos en amplias extensiones, no puede proporcionarles servicios básicos, y que por tanto hay que concentrarles en algunas aglomeraciones.

En realidad, es en el informe “Hay una solución”, publicado en 2010 por la organización de colonos Regavim (el trust para la protección de la tierra nacional), que ha trabajado en relación con varias agencias gubernamentales, en el que la lógica que está por detrás de este plan está mejor expresada. El informe mantiene que los habitantes beduinos del Neguev “roban” al pueblo judío la “Tierra de Israel [...] de forma continua y discreta, sin el rugir de la batalla ni el clamor de una guerra”.

“En este campo de batalla”, continúa la organización, “las cementeras han reemplazado a los tanques, las carretas a los cañones, y civiles con aire inocente reemplazan a soldados en uniforme.... Acre tras acre, pueblo tras pueblo, comprando, ocupando, explotando una tierra que no es suya, a veces por engaño, a veces por la violencia, con enormes sumas de dinero, y firmemente apoyadas por organizaciones antisionistas en Israel o el extranjero, hacen perder a Israel su control sobre las tierras del pueblo judío.”

Regavim sostiene, además, que hasta ahora, Israel ha “ofrecido zanahorias” a los beduinos -pero jamás les ha mostrado el bastón, y pretende que por medio de sus actividades criminales “esos beduinos están colonizando la tierra y por tanto amenazando con “poner fin al futuro judío de la región sur”.

Citando la famosa declaración del primer ministro Ben Gurion “el Neguev es el test de la nación en Israel”, Regavim propone una solución en cuatro etapas para enfrentarse a esta amenaza, que implica yugular las “construcciones beduinas ilegales”, preparar a la población para su partida, evacuar todas las “poblaciones ilegales” y finalmente transferirles a implantaciones legales.

En fin, el gobierno debe preparar “el día después” y no aceptar “razones para volver a su estado original”. “Estado original” se refiere a la situación actual, que desde el punto de vista de Regavim está caracterizada por la invasión del espacio judío por “poblaciones palestinas ilegales”. Según esta narrativa, el espacio es por definición judío y por tanto toda presencia no judía es una forma de contaminación -y forma parte de lo que está en juego en el test de Ben Gurion.

Esto es precisamente el razonamiento tras el “bastón” de Prawer y la forma en que los beduinos han sido descritos y tratados en la esfera pública desde hace años. En respuesta a una petición planteada al Tribunal Supremo contra la evacuación de pueblos de beduinos al lado de la ciudad de Arad, el alcalde adjunto de Arad ha dicho a los periodistas que las afirmaciones de esos “invasores insolentes” son “desleales”.

Numerosos artículos han utilizado el término invasor para describir las actividades de los beduinos en el sur de Israel, mientras que una popular página web señala que los beduinos han comenzado a invadir la región centro del país. Incluso en una opinión publicada en Haaretz, periódico que había apoyado la decisión del Tribunal Supremo que condenaba la práctica oficial de esparcir veneno en los “campos cultivados ilegalmente por los beduinos”, el autor se refiere a la población beduina utilizando el término de invasora.

La transformación del indígena en “invasor” o en “colono palestino” -por tomar la expresión utilizada recientemente por el viceministro de defensa Danny Danon- es crucial para comprender no solo el plan Prawer, sino la lógica fundamental del estado de Israel. En un contexto en que los palestinos han sido sistemáticamente alienados y eliminados de la historia y de la geografía, la constitución de los autóctonos palestinos como sujeto ilegal o invasor extranjero es la condición para poder “judaizar” la tierra.

El ethos en el que esto se juega está fundado en el compromiso etnográfico de Israel de desposeer a los no judíos, cínicamente elevado al rango de acto de autodefensa, y finalmente, de justicia.

15/07/2013

http://www.france-palestine.org/Les...

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

Neve Gordon es actualmente miembro del Institute for Advanced Studies en Princeton y es el autor del libro L´occupation d´Israel. Su página es http://www.israelsoccupation.info

Nicola Perugini es un antropólogo que enseña en el Al Quds Bard Honors College de Jéru­salem. Es actualmente miembro del Institute for Advanced Studies à Princeton

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