Facundo Ramos: ¿Qué sentido tiene Hablar de Haití?

15 de agosto 2012

El Alba de los Movimientos Sociales

Hay un pequeño país en el Caribe, ocupa el extremo occidental de la isla La Española, territorio que comparte con Republica Dominicana, tiene una superficie que entra 11 veces en la provincia de Buenos Aires, un pequeño país del cual es necesario hablar, para enriquecer la historia y entender el presente. 

Esto puede parecer una exageración tratándose de un país de cuya existencia muchos se enteraron recién después del 12 de enero del 2010 a causa del mediatizado terremoto que dejo 300.000 muertos en la capital del país. 

Pero su pequeñez geográfica se contrasta de plano con la riqueza de su historia y su actualidad sirve políticamente como un espejo para leer los intereses y objetivos que los distintos bloques políticos que hoy se proyectan en nuestro continente. 

Sin ir más lejos, la periódica recepción nada más y nada menos que por parte de Hillary Clinton de su hombre fuerte en la política local, el primer ministro Laurent Lamothe demuestra la importancia geopolítica que tiene este pequeño país y manifiesta la continuidad del interés que EEUU ha puesto sobre el mismo durante el último siglo, protagonizando tres invasiones militares y el apoyo incondicional a casi 30 años de dictadura.

La historia del pueblo haitiano es un canto a la libertad, que contrasta claramente con el rostro cruel del imperialismo económico, político, social, cultural y militar al que este pueblo fue y es sometido. El pueblo haitiano es un ejemplo de dignidad humana en el más puro de sus estados, ese que se alcanza cuando no se tiene nada para perder pero no se resigna a no tener nada para ganar.


Los ecos de 1804…

La historia de Haití yace hoy, cuidadosamente enterrada bajo toneladas de silencio y mentiras que pretenden ocultar la vergüenza y el ejemplo, la vergüenza para el imperialismo europeo de haber sido derrotado por las tropas irregulares de esclavos haitianos mal armados que conquistaron por única vez en la historia la libertad por las armas de una nación esclava, y el ejemplo que este hecho significaba y significa para todos los pueblos del mundo que luchan por su libertad, el ejemplo de que vencer es posible. Tan fuerte resulta este ejemplo que el mismo Thomas Jefferson llamaba a la necesidad de “confinar la peste en esta isla”, refiriéndose a la permanente rebeldía del pueblo haitiano.

Por último, detenerse a analizar la historia de la independencia de Haití aunque sea superficialmente debería ser un deber histórico para todos aquellos que nos sentimos identificados con el legado de Simon Bolivar, sabiendo que el pueblo haitiano, después de haberse libertado fue proveedor de armas, hombres y recursos económicos para hacer posible la gesta libertadora continental y acogió en su tierra al libertador cuando debió salir  perseguido del continente. Esa es nuestra historia, y es en sí mismo un acto de rebeldía rescatarla del olvido minuciosamente planeado que nos la niega.

Dos siglos a sangre y fuego.

Como bien dice Eduardo Galeano, la raza blanca no perdono jamás la humillación de la derrota militar de 1804, y bien caro le costó a Haití el precio de su irreverente dignidad. Una deuda de independencia con Francia que llevo al país a pagar el 70% anual del PBI durante 137 años, fue la condena al antidesarrollo que aun sufre el país, complementada por una saga de invasiones iniciadas por los marines yanquis en 1915 y aun vigente en manos de la MINUSTAH que se dedico a rapiñar lo que los franceses dejaron y a  decretar imposible revelarse sin morir en el intento. Se apropiaron de los bancos, y destruyeron en nombre del libre mercado la producción local de alimentos, sustituyéndola por importaciones provenientes de EEUU o alguno de sus aliados. La mayoría de los haitianos no puede pagar esta comida importada, y continua pagando con su cuota de hambre diaria un silencioso tributo al imperialismo.Y ahora? Es preciso hablar de Haití.

Hoy Haití se nos presenta como un paradigma continental de la dominación imperialista, y muestra abiertas las heridas que nosotros a veces podemos disimular, los haitianos resisten hoy entre escombros y basura en cada calle, en cada metro cuadrado no pudiendo ser vencidos por la historia que forzosamente les imponen.
Está en nosotros ver y aprender, y por supuesto esta en nosotros ayudar a revertir esta situación.

En el plano político es patente la intervención directa y permanente de EEUU a lo largo de los últimos 100 años, con último suceso de magnitud en la invasión y golpe de estado del 2004 derrocando por segunda vez al entonces presidente Jean-Bertrand Aristíde. No hay proceso político “por arriba” que se escape a las fuerzas de la embajada imperialista, demostración cabal de esto se vio luego de que el actual presidente Michel Martely comenzara a mantener relaciones diplomáticas estrechas con el presidente venezolano Hugo Chavez, la presión y desestabilización política generada por la casa blanca fue tal que ocasiono la renuncia del entonces primer ministro, iniciando un proceso de crisis institucional que duro 4 meses, durante los cuales el país careció de primer ministro, y se debilito a un gobierno ya de por si débil, para colocar, acto seguido, en el cargo de primer ministro al magnate de las telecomunicaciones Laurent Lamothe. Las primeras acciones del nuevo ministro fueron ir a Washington a reunirse con la diplomacia Yanki y con organismos internacionales de crédito, para seguidamente reunirse con el canciller Ingles, y la monarquía Española. Siempre en función de acuerdos comerciales para la instalación de las grandes empresas de cada uno de esos países en zonas francas del territorio haitiano. 

En nombre del combate al 80% de desocupación que afecta al país Lamothe se dedica a ofrecer nuevos esclavos al mercado del trabajo mundial por 2 dólares diarios.

La política “por abajo”, la de las calles, no escapa de esta regla, la movilización popular en Haití es casi inexistente en relación a años anteriores, la fuerte presión represiva ejercida por las tropas de la MINUSTAH ya han hecho saber al pueblo haitiano que las manifestaciones se pagan con sangre, y mucha.

Es imposible dejar de destacar, en la actualidad haitiana, a Brasil con su nuevo rol en la política continental, este país comanda desde el comienzo las tropas de la MINUSTAH (a excepción de Chile que recientemente cuenta con un general en la coordinación de la fuerza), y administra gran parte de los proyectos de ayuda internacional. Aparentemente Haití es el primer juguete otorgado por la “comunidad internacional” al ya mentado subimperialismo regional Brasilero para ver que tan bien se porta en su nuevo papel.En la realidad haitiana parece aflorar con más claridad la contraposición de intereses que el imperialismo y el proyecto soberano de los pueblos nuestroamericanos mantienen hoy sobre nuestra patria grande. Acá se ve cotidianamente como operan los intereses de cada bloque.Por un lado los países del ALBA, (a excepción de Bolivia que mantiene soldados activos en la MINUSTAH). 

Cuba: A pesar del bloqueo y sus dificultades económicas actualmente mantiene en el país 723 médicos y paramédicos cuya tarea es reconocida por todo el pueblo haitiano. No es difícil encontrar, sobre todo en las zonas más marginadas del interior del país, personas que declaren que los médicos cubanos le salvaron la vida o lo hicieron con alguno de sus familiares. La actuación durante el pos terremoto y la epidemia de cólera de estos médicos solo puede describirse como heroica, y esto se demuestra en el inmenso cariño que el pueblo les profesa.

Venezuela: con el financiamiento vía petrocaribe aporto 400 millones de dolares y se encargo que ese dinero sea destinado a obras e infraestructura de primera necesidad, fundamentalmente en el campo de la energía, un área clave en un país en el cual ninguna ciudad tiene energía eléctrica permanente.

Ecuador: con una primera donación de 13,5 millones de dólares envió al país un cuerpo de ingenieros militares construyeron 138 puentes, 175 km de rutas y numerosas obras hidráulicas, todas ellas imprescindibles para el desarrollo del país. Recientemente anuncio una segunda donación de 15 millones de dólares. 

Por otro lado, el imperialismo yanqui, las ong que viven de la rapiña y sus aliados o cómplices que prometieron vía naciones unidas una donación de 10.000 millones de dólares, cuya efectivacion en 2011 llego solo al 55% y en lo que va del 2012 al 8,5%. Teniendo en cuenta que del dinero enviado el 34% vuelve como reembolso a militares y el 28% sostiene estructuras burocráticas de la onu y de ongs. 

Recientemente declaró el presidente haitiano Michelle Martelly “del dinero que se envió desde las Naciones Unidas a Haití, el Estado haitiano recibió un centavo por cada dólar”. Los números hablan por sí solos.

De lo que si se encargan los norteamericanos, y sus siervos internos encabezados por el primer ministro Lamothe es de promover los negocios de sus empresas en el país, así es que el primer ministro viajo a Washington la última semana de julio para mantener reuniones con el BID, el FMI y el BM a fin de confirmar los créditos para el desembarco en el país de la empresa Nestlé con un programa de producción de café sobre tierras de pequeños campesinos. Esta misma empresa, con similar programa de producción de café es responsable del saqueo, la muerte y la violación de derechos humanos en vastos territorios de Colombia, aparentemente este tipo de acciones de “solidaridad” son las que complementan las ya “solidarias” acciones de la MINUSTAH en territorio haitiano*. 

Una reflexión final.

Como el comandante Hugo Chavez lo expresó en su discurso del Foro de Sao Paolo y Atilio Boron lo recogió en su polémico artículo sobre dicho evento “la declaración aprobada en Caracas condena las tentativas golpistas en contra de Evo Morales, Mel Zelaya, Rafael Correa y la más reciente contra Fernando Lugo. Olvida señalar, lamentablemente, el golpe perpetrado contra Jean-Bertrand Aristide en Haití, en el año 2004. Falla grave porque no se puede disociar este olvido de la desafortunada presencia de tropas de varios países latinoamericanos –Brasil, Chile, Argentina, entre otros- en Haití cuando en realidad lo que hace falta en ese sufrido país son médicos, enfermeros, maestros. Pero de esto se encarga Cuba, cuyo generoso internacionalismo es una de las señas más honrosas de su revolución”.

Nada más certero podría decirse de la situación actual de Haití, las tropas de la onu denunciadas por estupros comprobados, portadoras del cólera que tantas miles de vidas costo, asesinas a sangre fría de quien se atreva a manifestarse en las calles, hoy se dedican a regalar golosinas en los orfanatos, pero todo el mundo sabe que esas armas están cargadas esperando que el pueblo intente manifestarse en contra de las miserables condiciones en que es obligado a vivir sin levantar cabeza. 

Facundo Ramos, desde las montanas de haiti.  facuramos_88@hotmail.com



*Este video (http://www.youtube.com/watch?v=ngK_2MEjJpM) es imprescindible para comprender la tarea de la MINUSTAH en Haití. Si bien esta en ingles la elocuencia de las imágenes lo hace valioso mas allá de las palabras. 

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