Agua, vida, maíz, minería fuera del país


Agua, vida, maíz, minería fuera del país

En San Rafael Las Flores hay un conflicto social por una minera.
Ana María Cofiño

 21 julio 2012
El Periódico
En muchísimas comunidades se escucha a la gente expresar abiertamente su rechazo a los proyectos extractivos; hay una conciencia colectiva de lo que estos implican y los riesgos que conllevan. Un movimiento vigoroso por la defensa de la naturaleza, y por el derecho a participar en las decisiones que nos afectan está cobrando fuerza. A nivel continental, Guatemala se destaca como un país en el que la población se opone y resiste a las políticas de este capitalismo, que cada día crea más muerte y destrucción. La gente que alguna vez aguantó calladamente, ya no está dispuesta a soportar tanto abuso. Este es un fenómeno que puede cambiar nuestro futuro.

 Cada día nos enteramos de más personas, grupos y pueblos que se reúnen y organizan frente a amenazas letales como la de la contaminación y escasez del agua provocada por explotaciones mineras, hidroeléctricas, plantaciones agroindustriales y privatizaciones. Para miles de personas, pensar que sus descendientes padezcan las consecuencias calamitosas que traen estos “proyectos de desarrollo” es una razón de peso para involucrarse. Muy pocos se tragan la publicidad masiva de que van a traer bienestar: está visto y comprobado que son muy pocos los que se han enriquecido con la explotación de tierras y trabajo a lo largo de siglos.

 En San Rafael Las Flores hay un conflicto social suscitado por la construcción de una mina para extracción de metales.

 Esta se instaló de manera poco transparente, como suele ser, y con ello generó malestar entre la población que hasta ahora se ha dedicado al cultivo de café, maíz, tomate y a la crianza de ganado. Ya con la planta en construcción muy cerca del casco urbano, el problema se ha agravado, puesto que sigue sin tomar en cuenta la opinión y el sentir de quienes han habitado esas regiones desde muchas generaciones atrás.

 Desde noviembre del año pasado, vecinos integrantes del Comité por la Defensa de la Naturaleza iniciaron trámites para hacer una consulta de vecinos, reunieron firmas y las presentaron de acuerdo con los procedimientos establecidos en el Código Municipal, sin que hasta hoy las autoridades hayan satisfecho esta demanda. Hay serios indicios de compra y cooptación de funcionarios por parte de las empresas: en este caso, el alcalde intimida a la ciudadanía por los medios de comunicación para que se quede en sus casas y no participe en los actos públicos y pacíficos que exigen la consulta. Para muchos funcionarios corruptos el dinero que reciben por su complicidad es un excelente negocio personal.

 Cientos de personas se dieron cita ayer en la plaza de San Rafael para hacerse escuchar y reclamar otra vez que se realice una consulta. ¿Por qué el gobierno y los empresarios siguen intransigentes, provocando que el conflicto se haga mayor, recurriendo a las amenazas, el terror y los asesinatos, cuando está claro que lo que se pide y desea es vivir con dignidad y en paz?

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